
La parada del bus Barcelona-Manresa en la capital catalana
Monbus amarra el bus Barcelona-Manresa entre el malestar del sector
El gigante gallego repite como adjudicatario de la línea, como avanzó 'Crónica Global', entre quejas por trabas a los rivales
La Acco pidió "ampliar la competencia" en el transporte interurbano en febrero
Más información: Monbus gana el Barcelona-Manresa pese al veto municipal
Monbus ha amarrado el bus que une Barcelona y Manresa entre el malestar del sector. La empresa gallega ha atado el nuevo contrato, como avanzó Crónica Global, entre reproches de la industria por lo "restrictivo" que era el concurso público. Sea como fuere, el conglomerado ha atado la contrata de 12,1 millones ante Sagalés y Alsa.
Lo ha hecho la firma de la familia López por medio de su filial Hispano Igualadina, que se ha impuesto a la catalana y al líder nacional. Eso sí, la victoria ha sido relativamente fácil, por cuanto las plicas de contratación exigían "varias decenas de nuevos vehículos para comenzar el servicio en pocas semanas", explica un directivo.
La misma fuente recuerda que "pocos operadores, salvo la propia Hispano, se podían permitir desplegar esa operativa en tan poco tiempo", por lo que muchos rivales de Monbus han renunciado a presentarse a la liza.
Los grandes se lo miran
En efecto, grandes actores del transporte catalán se "han estudiado" el concurso del Barcelona-Manresa, atentos al veto que lanzó el gobierno municipal de la capital comarcal por las incidencias en el servicio.
Y, también, por los dos expedientes que le abrió el Departamento de Territorio a la compañía gallega. Sin embargo, la filial de Monbus se ha terminado imponiendo en la pelea y gestionará la línea.
Eso sí, lo ha hecho entre críticas por la necesidad inicial de flota, algo que ha sido "una barrera" a la entrada de nuevos operadores.

Unidades de Hispano Igualadina, filial de Monbus
"La rentabilidad es imposible"
A ese pero se le ha sumado otro. "Es imposible rentabilizar la flota de autobuses que pide Territori en el periodo que fijan ellos". Esa ventana temporal son sólo cuatro años, los que prevén los pliegos de contratación.
"Compras decenas de vehículos para entrar en el servicio, los adaptas y, luego, en cuatro años los tienes que derivar a otro contrato, y quizá no te sirven para ese por la antigüedad", explica un directivo del sector.
Con ello, el ejecutivo enfatiza que la inversión acometida por la empresa caerá en el pasivo del balance tras apenas cuatro años en operación.
Desafío a Monbus
Preguntado por la cuestión, un portavoz de la compañía se ha limitado a constatar que la adjudicación aún no es firme.
Otras voces sí han hablado, recordando que este encargo de la Generalitat de Cataluña llega en un momento en el que los grandes del sector en Cataluña exploran entrar en Galicia para contrarrestar la irrupción de Monbus en sus feudos, como explicó este medio.
Competencia examina el sector
En cualquier caso, la victoria de la enseña norteña, con críticas al débil enfrentamiento en el concurso público, llegan cuando la Autoridad Catalana de la Competencia (Acco) acaba de criticar, precisamente, la falta de rivalidad en el sector.
En febrero de este mismo año, la Acco afeó que las Administraciones no están promoviendo el rifirrafe suficiente entre operadores en las concesiones interubanas, como detalló Crónica Global. Competencia entiende que entre mayor rivalidad, menor precio y beneficio para el ciudadano.

Dos autobuses de Monbus, firma gallega con presencia en Cataluña
Batalla entre empresas
Sea como fuere, la machada de Monbus en la lanzadera entre Barcelona y la Cataluña central constituye otro episodio de la feroz batalla de las grandes empresas por las concesiones públicas de transporte.
El ejemplo más palmario de ello ha sido el NitBus, el mayor contrato de bus de España con 1.000 millones en juego, que ha ganado la empresa de economía social Tusgsal, de Badalona (Barcelona). Ha vencido a, precisamente, Monbus y Alsa, entre otros.
Antes, el escenario cambió con la irrupción de la firma gallega en el Baix Llobregat, donde también desembarcó la mexicana Avanza, filial del superconglomerado de movilidad ADO.