Ken Scott

Ken Scott Òscar Gil Coy Barcelona

Creación

Ken Scott, director de cine: "La comedia hace que pienses con más libertad"

El cineasta canadiense acude a Barcelona para presentar una 'feel goog movie' 

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El cineasta canadiense Ken Scott ha pasado por Barcelona para presentar su nueva película, Érase una vez mi madre. Se trata de la adaptación del libro autobiográfico del Roland Perez, Ma mère, Dieu et Sylvie Vartan, en el que habla de su especial relación con su madre.

Perez nació con una discapacidad, pero su madre, Esther, nunca quiso que lo trataran como tal y luchó para que a su hijo no le faltara nada en la vida, tampoco ayuda para superarse a sí mismo y vencer su discapacidad. Si bien funcionó, la fuerza de su madre también convirtió a Roland en una persona completamente dependiente de su progenitora. Tanto es así, que Esther se metía en su vida, incluso ya casado y con hijos.

Scott quedó fascinado por la historia. Como en Starbuck (2018) volvía a las historias de familias, a un retrato de personas migrantes y le daba la oportunidad de hablar de temas universales, desde el humor. Y es que Érase una vez mi madre es una feel good movie, una película en el que el espectador sale reconfortado al salir de la sala. Tanto es así que en Francia la fueron a ver 1,5 millones de personas.

Con este aval, Crónica Global habló con el cineasta para saber qué le atrae de contar historias de familias, de la comedia y de las temáticas que aparecen en su película. Él dice que es algo casual, pero hay patrones que se repiten. 

Ken Scott

Ken Scott Òscar Gil Coy Barcelona

Regresa a las películas donde la familia son el eje central de la trama. ¿Cree que la familia explica cómo funciona la sociedad? ¿O qué las hace interesantes?
Creo que es un tema que se puede seguir explorando, porque es algo fundamental y muy importante. Hay muchos puntos de vista desde el que afrontarlo. Supongo que siempre me interesa encontrar una gran historia para seguir hablando de la familia.
Y la de Érase una vez mi madre es una gran historia, una historia increíble.
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Una historia con una madre difícil de catalogar, uno la odia y la ama a partes iguales. ¿Cómo la describiría? 
Bueno, esta es una historia real, así que es un personaje que existe. Tienes mucha razón al decir que es un personaje con defectos, imperfecto, pero que también tiene muchas cualidades. Para mí era muy importante asegurarme de que mantuviéramos esos defectos. Porque, siendo una historia de una madre que ayuda y hace absolutamente todo y cualquier cosa para que su hijo se libere de una discapacidad, habría sido fácil convertir a este personaje en un ángel, perfecto y completamente entregado. 
Y sí, ella es muy generosa. Pero también tiene muchísimos defectos: es dominante, está muy obstinada en su manera de hacer las cosas. Sus defectos la hacen más humana. Así, también podemos identificarnos más fácilmente con ella y con nuestras propias madres, que sin duda son muy generosas, pero también imperfectas.
Fue muy importante para nosotros asegurarnos de conservar esos defectos y hacer que a veces el personaje fuera insoportable y muy difícil de tratar. Porque así son, o pueden ser, muchas madres. No todo el tiempo, pero sí a veces. 
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Esta devoción por su hijo es fruto de su preocupación por él, que ha nacido con una discapacidad. ¿Cree que es muy difícil asumir para los padres y que a veces quieren negarlo, cómo le pasa la protagonista?
Creo que esto aborda mucho más el problema de cómo te separas de alguien que te lo ha dado todo. Ahí es donde la historia realmente se vuelve interesante. ¿Cómo te separas de alguien que ha invertido tanto en ti? Porque liberar a este niño de su discapacidad es solo la mitad de la historia. La otra mitad es: ¿cómo te liberas de una persona que ha invertido tanto en ti? Y eso es algo universal. Mucha gente puede identificarse con la idea de: “Esta persona me ha dado tanto, pero necesito convertirme en adulto y vivir mi propia vida”.
Bueno, es que con el hijo, Roland, pasa igual que con la madre. Él parece un pobre chico oprimido y un adulto sobreprotegido, pero luego a uno le sabe mal cómo aparta a la madre
Exacto. Pasa lo mismo con los dos personajes. A veces los odias, a veces los amas, y empatizas con ellos. Son imperfectos, pero es que reo que la vida es imperfecta. Y así es como quise contar esta historia. De allí que me interesara adaptar la obra de Roland.
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¿Y por qué usa la comedia para contar una historia cargada también de drama?
Me encanta la comedia. Y siento que al público también le interesa mucho la comedia. Es ideal para terminar la semana o de terminar el día, dices: “necesito un poco de alivio” y ahí está la comedia.
Pero, en este caso y en algunos otros, también puede convertirse en una especie de trampa para acabar hablando de temas importantes y serios, aunque creo que el público termina apreciando ese equilibrio entre lo cómico y lo serio.
Y eso ayuda a no dirigir el sentimiento del espectador con los personajes o la trama, ¿no? A veces los dramas condicionan el sentir del público. ¿La comedia es una manera de darle mayor libertad?
La comedia hace que pienses con más libertad. Y eso me parece muy importante. Aporta ligereza. Hay mucha gente que aprecia eso. Igual que valoran que haya una historia real detrás, porque salen del cine con algo de lo que hablar. No solo: “Ah, me entretuvo, las palomitas estaban buenas, me reí, ya está”. Hay algo más.
En este caso, muchas personas salen diciendo que incluso derramaron alguna lágrima. Y me parece maravilloso que la gente vea historias y sienta emociones. Ya sea risa o cualquier otra emoción. Que la historia se les quede y les den ganas de hablar de ella.
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Pero a veces este tipo de películas, no son aceptadas más que por el público.
Yo estoy en esto para contar una buena historia. Si el público se emociona, si se ríe, si se entretiene, me encanta. De hecho, muchas de las películas que he hecho, en Canadá, se pasan en la televisión por Navidad. Y a mí me entusiasma, porque las familias se reúnen en tornos a la pantalla y viven juntas esa historia, comparten una emoción. Lo que digan los críticos ya es su opinión. Me interesa escucharlas, pero también está la del público.