Koundé marca el gol de la victoria del Barça ante el Real Madrid en la final de la Copa del Rey

Koundé marca el gol de la victoria del Barça ante el Real Madrid en la final de la Copa del Rey EFE

Primer equipo

El Barça de Flick también somete al Real Madrid en la Copa con un gol milagroso de Koundé

El equipo azulgrana gana su título número 32 tras derrotar al gran rival en un duelo memorable, y da el primer paso para el ansiado triplete

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El Barça, con épica, sufrimiento y un gol milagroso de Julés Koundé, derrotó al Real Madrid en la final de la Copa del Rey y sueña con el triplete. El defensa francés, un portento físico, creció cuando todos menguaban, y un misil suyo sorprendió a Courtois y destrozó al equipo de Ancelotti en un duelo a vida o muerte, trepidante, con muchas batallas dentro de la gran guerra. Ganó el Barcelona su título número 32, pero ambiciona más. Mucho más.

Ancelotti opina que hay dos tipos de entrenadores: los que no hacen nada (forzado) y los que perjudican a los futbolistas. En Sevilla reforzó el centro del campo y prescindió de Mbappé (con problemas físicos), reservándose una bala (Modric) para la segunda parte. Flick, en cambio, es un técnico que busca la perfección y, en su defecto, la excelencia. Fiel a sus principios, puso toda la artillería en el campo y prescindió de Gavi, un futbolista intenso, pero menos exquisito entre líneas que Dani Olmo.

La pelota, del Barça

El Barça siempre quiso el balón. El Madrid, no. Prefería resguardarse que tener el control del partido, tras las abultadas derrotas en la Liga y la Supercopa. A los ocho minutos, Ancelotti tuvo que mover ficha por la lesión de Mendy, sustituido por Fran García, pero su plan siguió intacto, con Vinicius como futbolista más avanzado.

Lamine felicita a Pedri tras marcar un gol al Real Madrid

Lamine felicita a Pedri tras marcar un gol al Real Madrid EFE

Dominaba el Barça, perseverante en la búsqueda de espacios ante un Madrid bien ordenado.La primera ocasión de gol llegó a los 19 minutos, en una acción individual de Lamine Yamal. El joven delantero de Rocafonda, 10 minutos después, estuvo más inspirado y fabricó el primer gol de la final, marcado por Pedri, tras un zapatazo que quitó las telarañas de la portería de Courtois.

El gol azulgrana

El gol no despistó al Barça. Tampoco el Madrid modificó su propuesta. Si acaso, presionó algo más arriba, a la espera de una contra de Vinicius. Tocaba el equipo de Flick y pegaba el de Ancelotti. La mejor noticia para los madridistas era que seguían vivos al terminar el primer acto, salvados también por el travesaño. 

Dani Olmo, en el césped, tras sufrir una dura entrada

Dani Olmo, en el césped, tras sufrir una dura entrada EFE

El partido estaba donde quería el Barça y Ancelotti agitó al Real Madrid con la entrada de Mbappé por Rodrygo, tras el descanso. El equipo azulgrana, sin embargo, arrancó mejor, pero Vinicius tuvo una clara ocasión para empatar la final en la primera aproximación madridista. En el Barça, Olmo, Lamine y Raphinha también buscaban su momento de gloria, hasta que se fundieron los plomos.

Entra Modric

El Madrid crecía y fue más reconocible cuando Modric entró en el campo. Ahora, sin complejos, el grupo blanco amenazaba al Barça, con Vinicius muy enchufado, pero una rápida transición barcelonista pudo sentenciar la final. Raphinha, sin embargo, no supo embocar la pelota dentro de la portería de Courtois con un remate muy cruzado.

Mbappé empata la final

Mbappé empata la final EFE

El Barça perdió el control del partido, pero Flick no quiso poblar el centro del campo. Fermín sustituyó a Dani Olmo, pero el equipo necesitaba a Frenkie y Pedri. Apagados los mediocentros, empató Mbappé y, después, marcó Tchouameni, de cabeza, para darle la vuelta a u a final con dos caras antagónicas.

Ferran celebra su gol

Ferran celebra su gol EFE

Necesitaba el Barça a Lamine, demasiado intermitente. Y el delantero apareció cuando más tocado estaba el equipo, con una asistencia magistral a Ferran, que se aprovechó de un despiste de Rudiger para marcar el empate, pero la final tuvo su momento más polémico con un penalti de Asencio a Raphinha que anuló el VAR.

La prórroga

La final, una montaña rusa de emociones, tuvo prórroga. Las pizarras saltaron por los aires en un duelo épico, con cinco centrales del Barça en el campo y con un Pedri acabó exhausto que fue sustituido por Éric García. La tuvo Ferran, también Fermín, pero marcó Jules Koundé para decidir la mejor final en muchos años de la Copa del Rey.