
Imagen de la miniserie 'Apagón' Prime Video
Apagón: cómo la ciencia ficción anticipó la crisis de la energía
La miniserie 'Apagón' trató con un inquietante realismo el 'qué pasaría si' todo el país se quedara sin luz, un augurio sobre lo ocurrido la pasada semana que dibuja una reflexión acertada sobre qué le queda al ser humano cuando la tecnología desaparece
Parecía imposible, y sucedió. Más propio de la ciencia ficción que de nuestra realidad cotidiana era sufrir un colapso energético, pero si hay algo que hemos aprendido en los últimos años, es que nuestro presente tiende a parecerse a lo que algunos imaginaron a través de la ficción. Fue así con la pandemia y series como la británica Utopia, y lo ha sido también con la llamada 'crisis de electricidad'. El género de la anticipación ideó el apagón masivo antes de que ocurriera, y lo hizo a través de una miniserie española estrenada en 2022.
Se trata de Apagón (Movistar+), el drama de cinco capítulos del que todo el mundo habla. Su sinopsis parte de las repercusiones que tiene una tormenta solar en nuestro presente tan dependiente de la tecnología, y aunque esta no parece que vaya a ser la causa final de nuestro particular apagón, el tratamiento de la serie, su puesta en escena, la elección de los temas principales que tratar y –alerta de spoilers– las conclusiones a las que llega, demuestran el poder que tiene la ficción para pensar, y a veces predecir, el futuro.

'Apagón' (2022) Europa Press
Detrás del proyecto estuvieron cinco directores y guionistas de entre los más destacados de la ficción de nuestro país. Isabel Peña (Antidisturbios), Rafael Cobos (La isla mínima), Isa Campo (La próxima piel), Alberto Marini (La unidad) y Fran Araújo (Hierro) fueron los encargados de escribir el guion de este universo postapocalíptico, y Rodrigo Sorogoyen, Raúl Arévalo, Isa Campo, Alberto Rodríguez e Isaki Lacuesta los directores a cargo de trasladar la ficción a la pantalla.
El resultado es un abanico de cinco capítulos, con el sello distintivo de cada uno de sus cinco autores, que convergen en una línea argumental cuyo devenir tiene más de una similitud –pequeños detalles, y una gran reflexión– con lo que se vivió el 28 de abril en España.
Ficción y realidad
Ya en las primeras horas del colapso energético en 'Negación', el piloto de la miniserie, se encuentran momentos que suenan a déjà vu. Uno de ellos es un accidente de tren pre-apagón, una referencia casual pero inquietante a la red ferroviaria, la gran perjudicada durante la crisis. Otras secuencias que llaman la atención tienen que ver con decisiones tomadas a destiempo, la red móvil sin servicio, semáforos apagados, caos en las calles...
El status quo se rompe en segundos después de que todo se vaya a cero. La situación obliga a hacer un cambio de mentalidad instantáneo: ya no tiene sentido ahorrar tiempo enviando un mensaje, un email, una llamada. En su lugar solo queda la propia presencia, el estar ahí, "actuar sobre el terreno", como dice uno de los protagonistas de esta serie, un técnico competente al que desoyen por alarmista.
A partir del apagón y en los siguientes capítulos –sobre todo en 'Supervivencia' y en 'Equilibrio', en los que la acción se traslada al campo– esta manera de hacer las cosas es la que adquiere relevancia por ser la única posible para asegurar la supervivencia.

Madrid durante el apagón masivo Agencia EFE
Una reflexión
Los relatos sobre catástrofes, ya sean ciencia ficción o basados en hechos reales –como la gran Chernobyl–, plantean un conflicto externo de gran magnitud, y al ser el conflicto la base de toda historia, la tensión dramática es elevada a su máxima potencia.
El apagón de duración indefinida, en el caso de la miniserie, plantea un conflicto mayúsculo, uno de mayor escala al que se vivió durante unas horas. Sin embargo, consigue ponernos delante una serie de reflexiones que tienen más que ver con nosotros mismos, y con el talante de nuestra sociedad, que con los fallos de nuestro sistema.
Y si hay algo que apunta la serie, y que resuena en el debate que se ha formado a raíz del colapso energético, es con qué nos quedamos cuando todo falla. Quiénes son los verdaderos héroes, cómo nos afecta la necesidad de preservarnos y el instinto de supervivencia, qué es lo mejor del ser humano que puede salir a la luz en esas circunstancias.
Superar la crisis
La idea original de la miniserie es fruto de El gran apagón, un podcast de la plataforma Podium Podcast, y se trata de uno de los poquísimos casos que existen en nuestro país de un formato sonoro adaptado a una serie de televisión.
Aunque los guionistas de Apagón no fueron visionarios en cuanto a la idea original, sí fueron capaces de prever cómo actuaría la sociedad española, al final y a pesar de todo.

Raúl Arévalo durante el rodaje de 'Emergencia' Europa Press
En este sentido, la pandemia fue una de las mayores fuentes de inspiración para los creadores de Apagón. Quizá por eso, así como el pódcast incide en mayor medida en cómo la situación se agrava conforme pasa el tiempo, la serie trabaja las consecuencias de la crisis con un enfoque distinto.
El realismo es la marca distintiva de una ficción que no se excede. La tesis se acerca a la del Leviatán de Hobbes, sobre todo en los primeros capítulos, y en ella se trabajan temas que ya hemos visto en otras ficciones postapocalípticas, como la lucha por la supervivencia y los dilemas morales derivados de ella (es clave el capítulo 'Emergencia').
Sin embargo, de cara al final, la perspectiva cambia. En este punto la serie enlaza con lo que se pudo vivir durante el apagón real. Y es que durante las más de diez horas en las que el país estuvo a oscuras, se produjeron algunas escenas 'ilógicas', si atenemos a la imagen que prima en el imaginario colectivo en materia de catástrofes.
Otras maneras de vivir
Las secuencias surrealistas, con decenas de personas cantando y bailando en las calles, tomando el sol, jugando a fútbol, sucedieron mientras algunas personas sufrían las graves consecuencias del fallo eléctrico. No primó el miedo, el estupor. A juzgar por las imágenes, nada grave ocurría... Como si hubiera emergido, al haber eliminado las distracciones tecnológicas, la noción de que en realidad, 'no se está tan mal'.
Este hallazgo, el hilo de esperanza en mitad de una situación desesperada, es el mismo al que llega la serie de Apagón. Hay otras maneras de vivir, cuyo valor se aleja y quizá sea mayor que el de la dependencia de la tecnología. ¿Habría sido posible hacer esta lectura de no haber ocurrido la pandemia?

Imagen tomada durante el apagón masivo en España Agencia EFE
Valorar el equilibrio
Para los que se acercan a ella por primera vez, Apagón tendrá una connotación nueva, indivisible ya de la realidad que se vivió el pasado lunes 28 de abril. De hecho, una de las experiencias más interesantes que brinda ahora este drama es la de comprobar, en propia piel, cuántas de sus escenas son familiares y si se está de acuerdo con las conclusiones a las que llega.
Para ello es clave la última escena de 'Equilibrio', el quinto capítulo –alerta de spoiler–. En ella sucede lo siguiente: Ernesto sabe que todo va a volver a la normalidad, coge el móvil y se acerca para darle la noticia a su mujer. Pero antes de llegar a ella le viene a la mente otra idea, con la que decide quedarse: la de dejarlo pasar.
Quizá alguno, como Ernesto, optara durante el apagón por arrinconar el teléfono, sentarse al sol y devolver a la tecnología a su estado inicial; recuperar el foco: el ser humano en el centro, procurando que la máquina, su propia obra, no adquiera sobre él más poder del que debería tener sobre ella.