Así es el pueblo más rico de Lleida: solo tiene 15 kilómetros cuadrados y menos de 10.000 habitantes

Lleida es el huerto de Europa, pero como bien denuncian los agricultores, la tierra no da dinero. Cada vez menos. La prueba es que para encontrar el pueblo más rico de la provincia en el ranking catalán uno tiene que mirar en el puesto número 39.

Allí se encuentra un pequeño municipio de tan sólo 15 kilómetros cuadrados y 6.230 habitantes. Repite, además. Tal vez, porque, como dice la gente del campo, su economía no depende de las cosechas.

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Tal y como indican los últimos datos del Idescat el ingreso per cápita de esta localidad es de 21.135 euros, una cifra que, además, supone una ligera mejora del 4,2%. Un dato que lo separa aún más del pueblo más pobre de Cataluña, que también es de Lleida y cuya renta media bruta por habitante no alcanza los 12.500 euros.

El municipio en cuestión está situado a poco más de seis kilómetros de la capital del Segrià y año tras año se erige como la localidad con una renta media per cápita más alta de la provincia. Se trata de Alpicat. 

De dónde viene su riqueza

La pregunta, por eso, es por qué esta localidad es tan rica. Sus propios vecinos no dan crédito. ¿El campo da para tanto? ¿O es que las fábricas y empresas de Lleida y sus alrededores son una buena fuente de ingresos?

Las dudas, deberían estar resueltas a estas alturas. Hace más de seis años que Alpicat ostenta este título y todavía se pregunta por los motivos que le han llevado hasta allí. Sus habitantes afirman que no es gracias a ellos, sino a la gente empadronada en las urbanizaciones. Aunque estos últimos miran a los residentes en el casco histórico del pueblo del centro histórico.

Iglesia de Alpicat WIKIPEDIA

Qué ver 

Sea por unos o por otros, Alpicat funciona económicamente, los datos hablan. Igual que sus calles. Allí no se ve un lujo excesivo, pero sí un buen ambiente y una arquitectura única. 

Sólo hace falta pisar el casco histórico, donde se encuentra la iglesia de San Bartolomé. Datada del siglo XVI, este templo religioso destaca especialmente por sus mezclas de estilos. Si la fachada es barroca, el interior es neoclásico y si uno mira a su cúpula la ve casi nueva. Fue renovada en 1989 para reparar los daños causados por la Guerra Civil.

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Dos lugares clave

Construida en el siglo XVIII, la iglesia se erige ya sobre las bases de una antigua iglesia gótica. Pero los años que tardó en construirse le hizo tener esta mezcla de estilos tan característica. Pero si algo destaca de este lugar es su campanario, que fue reconstruido y tiene un tejado de cerámica vidriada de color azul.

Pero esta iglesia no da muchas claves. Más obvio lo pone la casa solariega Cal Negre. Fue construida en la primera mitad del siglo XVIII, se encuentra situada en el casco antiguo y habla del poder económico que ya tenía entonces Alpicat.

Panorámica de Alpicat

Esta construcción de cuatro plantas, destaca por su bodega y las cuadras, cada una en diferentes niveles. Los superiores son para la vivienda. Pero sí algo resalta es su estructura realizada con piedra picada, la única que se conserva en tan buenas condiciones de toda la población.

Planes por hacer

Luego están las rutas por los alrededores de la Plana de Lleida. Visitar el yacimiento arqueológico del Tossal de la Teuleria Vella es caminar durante nueve kilómetros entre acequias y balsas de agua, y terminar en un mirador desde el que observar Alpicat.

Si uno quiere vistas sobre la llanura característica de estas tierras, se le recomienda el Camí Natural, aunque ya son 12 kilómetros. Allí uno puede disfrutar de paisajes únicos que permiten conocer mejor la historia y la naturaleza de la región.

Cómo llegar

Quién quiera conocer el pueblo más rico de Lleida tiene que tener claro que el camino es de aproximadamente dos horas desde Barcelona. Se vaya por donde se vaya.

Una opción es ir por la AP-2 hasta la salida 6 y allí tomar la autovía A-22 dirección Lleida/Huesca. Al incorporarse, se continúa durante unos 10 km hasta la salida hacia Alpicat. La otra alternativa es tomar la A-2 hasta enlazar con la N-240 cerca de Lleida. Desde allí, se accede a la A-22.