La noria del Tibidabo

La noria del Tibidabo CANVA

Vida

Confirmado, esta es la ciudad más maleducada de Cataluña: "Se quedan absortos al teléfono en público"

Es una ciudad universal y plural, ideal para pasar las vacaciones, que goza de una gran gastronomía

Otras noticias: El pueblo de Cataluña donde no existe el calor: un paraíso en el Pirineo que en verano y en plena ola de calor baja de los 10 grados

Publicada

Noticias relacionadas

Según una encuesta realizada a más de 1.500 residentes en 19 áreas urbanas de España por Preply, Barcelona ocupa el séptimo lugar en percepción de mala educación, con una puntuación de 5,64 sobre 10. Ligeramente por encima de la media nacional (5,53). Este resultado la ubica tras Palma y por delante de Málaga, Valladolid y Madrid.

Entre las conductas más criticadas, en la ciudad Condal, destacan: el uso prolongado del teléfono en espacios públicos, hablar en voz alta y grabar vídeos sin auriculares; así como obstruir el paso de peatones o coches en zonas congestionadas. Estas acciones se repiten en numerosas ciudades, pero en una urbe tan turística y densamente poblada como Barcelona, generan especial fricción.

El estudio profundiza en la percepción sobre quiénes son más maleducados:

  • Un 40,97 % opina que residentes y visitantes contribuyen por igual a estos comportamientos.
  • Un 21,25 % señala principalmente a los turistas.
  • Un 26,04 % apunta directamente a los habitantes de la ciudad.

En el conjunto de España, la mala educación se promedia en un 5,53, situando a la mayoría de las ciudades en una franja similar. Mientras Barcelona está ligeramente por encima, otras -como Santa Cruz de Tenerife (6,06), Granada (5,95) y Alicante‑Elche (5,81)- presentan puntuaciones más elevadas. En el extremo opuesto, Vigo (5,17), A Coruña y Valencia se reconocen como las más educadas.

La mala educación

Aquí presentamos dos propuestas de acciones para mejorar la educación cívica y reducir los comportamientos incívicos en Barcelona:

Educación y campañas de sensibilización continuas: Para cambiar actitudes cotidianas -como hablar en voz alta por teléfono, obstaculizar el paso o generar ruido innecesario- se necesita un enfoque educativo a largo plazo. El Ayuntamiento ya ha desarrollado campañas en barrios como el Raval para fomentar el civismo, mediante intervenciones directas en la calle, adhesivos gráficos y visitas a comercios para explicar cómo comportarse correctamente en el espacio público. Complementar estas acciones con iniciativas escolares -similar a los huertos educativos que promueven valores sociales y de respeto- ayudaría a formar a las nuevas generaciones en comportamientos respetuosos desde una edad temprana.

Normativa reforzada y mejora del entorno urbano: La actualización de la Ordenanza de Civismo, que introducirá multas de hasta 750 € por orinar en la calle o 3.000 € por promover rutas etílicas, junto con sanciones por ruidos y grafitis, crea una disuasión clara ante conductas incívicas. Aunado a ello, un entorno urbano más amable -peatonalización, videovigilancia ética, renaturalización y espacios compartidos- como se ha llevado a cabo en calles como Consell de Cent o Glòries, fomenta el respeto al entorno y reduce el incivismo.