
El economista experto en desigualdad Branko Milanovic, en su intervención en el Cercle d'economía 2025. Barcelona
Milanovic: "Una élite desconectada de todos los demás es peligrosa para la política"
El experto analiza el panorama global, en el que los países asiáticos alcanzarán los niveles de riqueza europeos, durante la última jornada del Cercle d'Economia
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El escenario mundial está en plena transformación en términos de desigualdad. A lo largo de las últimas cuatro décadas, ha reinado un clima de estabilidad a nivel global, sin embargo, el crecimiento de población y productividad a distintas velocidades en cada país ha provocado que el continente asiático alcance, poco a poco, los niveles de riqueza de Europa. Un contexto en el que, además, crece una nueva élite que vive “desconectada” del resto de la sociedad, lo que presenta nuevos retos para la política internacional.
“Una élite desconectada de todos los demás es peligroso para la política”, ha sentenciado Branko Milanovic, economista especialista en desigualdad económica del Banco Mundial (1991-2013) y profesor de la City University of New York, durante su intervención de este miércoles en la 40º edición del Cercle d’Economia. Basándose en el “gráfico de elefante”, ha presentado al auditorio la evolución de diversas economías entre 1988 y 2018, donde se observa el avance de la renta per cápita de naciones como Tailandia, Japón, Corea del Sur o China a partir del aumento de su población y productividad.
Hacia Asia
“Hay una muy baja probabilidad de que las tasas de crecimiento en Europa superen a las asiáticas, ya que tienen una gran base de población, con una diferencia de 100 millones de personas”, ha apuntado. En vistas del Índice Gini de medición de la desigualdad, Milanovic ha previsto que en las próximas décadas el producto interior bruto (PIB) de India se situará en un 8%, mientras que Alemania se quedará en un 3%.
Una coyuntura económica que provocará la transformación social, dado que en épocas pasadas “los países europeos pobres eran relativamente ricos, ahora ya no lo serán porque los asiáticos superarán los mínimos”. Un ejemplo es Italia, en donde la fluctuación ha permanecido prácticamente estable entre finales de siglo XX y principios del XXI, y provocará una clase media reducida. Sin ingresos suficientes, “gran parte de las propiedades estarán en manos de extranjeros y tomarán la delantera aquellos con mejores ingresos”, ha dicho.
“Estamos en una transformación global enorme, donde el centro de actividad económica se mueve hacia el Pacífico y los países asiáticos, que sufren con respecto a los aspectos demográficos”, ha mencionado el también autor de Capitalismo, nada más.

La mesa sobre desigualdad con la participación de José Ignacio Conde-Ruiz, Laura Hospido y Branko Milanovic, en el Cercle d'Economia 2025 Barcelona
Comportamiento de las élites
Con respecto a las élites económicas, Milanovic ha resaltado que por primera vez en la historia se produce la concentración tanto de salarios como de capital en este grupo poblacional. En el pasado los individuos más ricos se dedicaban a profesiones liberales y obtenían sus ingresos de la acumulación de bienes, mientras que en la actualidad, son capaces de resistir tanto en el mercado laboral como en el capital gracias a la acumulación de activos.
“La élite se ha beneficiado de una ideología de la meritocracia y, como trabajan duro, tienen la sensación de que merecen ocupar esa posición”, ha remarcado. Con ello, se percibe “una visión negativa” hacia los grupos con menos ingresos, a quienes “consideran deplorables, lo que es políticamente desestabilizador”.
España, una economía estable con puntos flacos
El experto ha participado en la última jornada del Cercle d’Economia en la mesa El reto de la desigualdad: causas, consecuencias y posibles remedios, junto a José Ignacio Conde Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) y profesor de la Universidad Complutense de Madrid; Laura Hospido, economista del Banco de España asesora en la Secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, y la moderadora Mireia Giné.
Durante el diálogo, la representante del Banco de España ha explicado los resultados del IFS Deaton Review of Inequalities, un estudio en el que han participado 17 naciones del ámbito europeo y americano, donde se entrevé que España posee “un nivel de desigualdad elevado en comparación con otros países del entorno”. Además, el percentil 90, que compara las ganancias entre el 90% y 10% de la población, se sitúa actualmente por debajo de cuatro puntos, aunque en el año 2014 alcanzó un pico de seis puntos.
Desigualdad cíclica
“Los niveles de desigualdad son muy cíclicos en España, porque va unido a la evolución del empleo”, ha apuntado. Por ello, ha puesto el foco en la desigualdad de riesgo de venta, es decir, la dificultad en determinar el nivel de renta con respecto al próxim año de la población. “En el caso de los funcionarios, por ejemplo, el coeficiente de variación apenas fluctúa porque tienen una previsión de su salario, pero en los jóvenes es elevadísima”, ha expresado.
Asimismo, en España el 10% de la población acumula el 54% de la riqueza, una cifra que ha ido aumentando en el último lustro, aunque a nivel global se sitúa en el 70%, ha especificado. A tenor de esta situación, Hospido ha pedido políticas públicas orientadas a “aliviar las fluctuaciones en el empleo”; mayores esfuerzos en formación, tanto en las aulas como en los puestos de trabajo, y, por último, mejoras en los planes de disminución de la pobreza en el país, un “reto”, lo ha denominado, para el que se necesita una inserción “directa” en el mercado laboral.
La juventud
En el centro de la problemática: la juventud. Las futuras generaciones se enfrentan en España a distintas vicisitudes, y, como ha resaltado Conde-Ruiz, “no les acompaña ni la economía ni la política”.
En comparación con la década de los 80 y 90, la renta per cápita ha disminuido de un 60% a un 20% y, en términos electorales, este grupo poblacional ha pasado de ser el 35% al 20% de los votantes. Dos factores que, según el economista español, deja una situación “alarmante” para los jóvenes, quienes “van a ir a peor”, si no se modifican los umbrales de crecimiento en productividad.
Para mejorar este modelo, Conde-Ruiz ha puesto varias medidas sobre la mesa. Una de ellas, invertir “sin complejos” en el sector servicios, que aporta un 32% en el PIB frente al 12% de la UE, y concentrar más esfuerzos en educación, “más formación, mejor formación, o el resultado va a ser más desigualdad”. Entre otras acciones, también ha defendido dejar el déficit estructural “al mínimo posible” y una regla fiscal que establezca que “por cada euro en políticas a mayores, se invierta otro euro adicional en políticas de productividad”.