Ferran Soriano, Tatxo Benet y Joan Bagó, consejeros de Spanair

Ferran Soriano, Tatxo Benet y Joan Bagó, consejeros de Spanair

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Spanair, el gran fracaso de la burguesía catalana, aún debe siete millones a Hacienda

Casi 15 años después de su liquidación, el proyecto de aerolínea catalana aún colea en las listas de los más morosos del Estado

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El gran proyecto aéreo de la burguesía catalana, Spanair, surcó los cielos hasta que en 2012 cesó operaciones, enterrado por las deudas. El despilfarro de dinero público no fue suficiente para reflotar una compañía que fue el gran sueño de los ricos catalanes. Han pasado 13 años desde su liquidación, pero aún debe siete millones de euros a las arcas del Estado.

La etapa catalana de Spanair fue iniciada en 2009 y acabó solo tres años después. Fue una apuesta primero del tripartito del PSC, ERC e ICV y después de la Convergència de Artur Mas que enterró casi 250 millones de euros de dinero público. La intención era convertir a Barcelona en un hub internacional que compitiera con Barajas. Acabó fatal.

Algunos prohombres soñaron entonces con una aerolínea propiedad de los ricos catalanes que evitara el ostracismo de conexiones y el reducto low cost con el que amenazaba Iberia a El Prat. En palabras de Francesc Homs, exportavoz del Govern, Spanair era "una cuestión de país".

Tras el descalabro, el Juzgado Mercantil número 10 declaró culpable la insolvencia, aunque la Audiencia Provincial terminó revocando la decisión. Solo la segunda instancia judicial salvó a todo el consejo de terminar siendo pasto de una instrucción penal.

Sueño y descalabro de los burgueses catalanes

En aquel consejo figuraban Ferran Soriano como presidente y en la comisión ejecutiva le acompañaban ilustres nombres como los de Rafael Suñol, Maria Reig, Carles Tusquets, Joan Gaspart, Jordi Clos, Jordi Mestre, Agustí Cordón, Jordi Bagó, Miquel Martí y Josep Mateu.

Solo unos pocos empresarios, como José Manuel Lara Bosch, se posicionaron en contra; si bien es cierto que el dueño de Planeta era propietario de un 5% de Vueling, entonces presidida por Josep Piqué.

Avión de la extinta compañía Spanair

Avión de la extinta compañía Spanair

El fracaso de Spanair fue también el ocaso de la burguesía catalana, que en los años inmediatamente posteriores a su caída sufrió la década negra del procés, que dividió a unos y arruinó a otros. En el último aciago decenio, la región que un día fue el epicentro económico de España ha pasado a un segundo plano, superada por Madrid desde hace ya siete años en peso en el PIB.

De otra manera, el último vuelo de Spanair también fue un trauma para las ambiciones internacionales de El Prat. Han tenido que pasar 13 años para que la Generalitat, ahora comandada por Salvador Illa, reflote el proyecto de ampliación del aeropuerto para ganar la fuerza internacional que perdió con el fracaso de Spanair.