Los jugadores del Barça, abatidos anímicamente tras la eliminación de la Champions League

Los jugadores del Barça, abatidos anímicamente tras la eliminación de la Champions League FCB

Primer equipo

Los fantasmas de Europa reaparecen en el momento menos esperado y de la peor manera posible

El FC Barcelona somete al Inter de Milán, pero se despide de la Champions League en otro desenlace cruel, condenado por los errores defensivos

El Barça muere de la forma más cruel en Europa: ahogado en la orilla

Publicada
Actualizada

Noticias relacionadas

El fútbol no va de merecimientos ni justicia. El Barça murió de pie en el estadio Giuseppe Meazza contra un Inter de Milán (4-3) que castigó los fallos puntuales del equipo azulgrana. La Champions League maltrató de nuevo al FC Barcelona. Los pupilos de Hansi Flick se veían finalistas en el Allianz Arena, a dos minutos de terminar el tiempo reglamentario, hasta el inesperado gol de Francesco Acerbi en el último suspiro. El club catalán no levanta una Orejona desde 2015. Volvieron los fantasmas de Europa, aquellos que ya habían condenado durante 10 años sin piedad al conjunto de la capital catalana

El recuerdo del Inter de José Mourinho, verdugo del Barça en 2010, apareció nuevamente en la retina de la entidad que preside Joan Laporta. Yann Sommer emuló a Júlio César y a Petr Cech, guardameta del Chelsea que amargó las semifinales al hegemónico equipo de Pep Guardiola en 2012. La fatídica penúltima ronda de la máxima competición europea volvió a tumbar a las estrellas culés, como ya hiciera en Anfield el Liverpool, en 2019. Este elenco, joven y hambriento de títulos, enorgulleció al barcelonismo después de mucho tiempo. Con esto, jugó como nunca y perdió como siempre.

Estadio maldito

La caldera llamada Giuseppe Meazza, a rebosar de aficionados interistas, a pesar de los 4.000 culés desplazados hasta la metrópoli italiana, revivió los peores recuerdos de la hinchada barcelonista. En 2010, el Inter de José Mourinho y el colegiado Olegario Benquerença cocieron un "robo a la italiana", como tituló la prensa de Barcelona (3-1). Para más inri, en el partido de vuelta, los pupilos de Pep se quedaron a las puertas de la remontada (1-0). El árbitro Frank De Bleeckere anuló un gol de Bojan Krkic por una mano dudosa y pegada al cuerpo de Yaya Touré. Aquel tanto en el tramo final del partido habría significado el pase azulgrana a la final.

La carrera de José Mourinho en el Camp Nou para celebrar el pase a la final de la Champions League en 2010

La carrera de José Mourinho en el Camp Nou para celebrar el pase a la final de la Champions League en 2010 EFE

El mismo feudo interista albergó otro encuentro polémico en la fase de grupos de la edición 2022-23. Los dos duelos del Barça ante el Inter aquella campaña marcaron la temprana eliminación del conjunto catalán. Precisamente, Szymon Marciniak, colegiado de campo en el partido celebrado en Italia, obvió una mano de Denzel Dumfries dentro del área que habría brindado un penalti para empatar la contienda (1-0).

Otro portero

Qué importante es tener un guardameta diferencial. Yann Sommer demostró que la edad solo es un número a sus 36 años y atajó dos golazos de Lamine Yamal que se colaban por el palo largo de la portería. El propio Júlio César, en 2010, o Petr Cech, en 2012, ya obraron sendos milagros en semifinales para evitar que el Barça de Pep Guardiola encadenara cuatro Champions.

Didier Drogba consuela a Leo Messi en las semifinales de la Champions League 2012

Didier Drogba consuela a Leo Messi en las semifinales de la Champions League 2012 EFE

El portero también juega y puede llevarse por sí solo una eliminatoria. Como Thibaut Courtois, arquero del Atlético de Madrid que doblegó al Barça en 2014, o Jan Oblak, también en las filas del conjunto colchonero en 2016. El entrenador de los Indios, Cholo SImeone, salió vencedor en ambas ocasiones. El culmen del Cholismo y una resistencia defensiva del Atleti, personificada en el guardameta, ante un equipo azulgrana dominante y superior. Por enésima vez, la meritocracia dio la espalda al elenco culé.

Desastres en Roma y Anfield

La afición culé ha sufrido infinidad de eliminaciones crueles, pero las de 2018 y 2019 marcaron un antes y un después. El denominado Barça de las vacas sagradas se durmió en los laureles y sufrió dos descalabros inexplicables. El mejor Leo Messi no pudo conquistar ninguna Orejona en sus últimos seis años vestido azulgrana. La constelación de estrellas blaugranas impuso la lógica contra la Roma en la ida de los cuartos de final en el Camp Nou (4-1). Edin Dzeko maquilló el marcador con un tanto que pagaría caro el FC Barcelona. En la vuelta, el equipo que dirigía Ernesto Valverde protagonizó un derrumbe inédito en el Estadio Olímpico de Roma.

Decepción barcelonista en Anfield

Decepción barcelonista en Anfield Redes

El mismo cataclismo asoló Barcelona en 2019. Messi marcó un doblete en la ida de los cuartos de final con un icónico gol de falta que superó el vuelo de Alisson Becker (3-0). La pulga puso todo de su parte, pero sus compañeros se hundieron en Anfield y recibieron un mazazo de dimensiones bíblicas (4-0). Al descanso, con una derrota por la mínima (1-0), ya Jordi Alba estaba abatido.

Mazazo inesperado

Aquellas pesadillas ya quedaron enterradas en el baúl de los recuerdos, como las prematuras despedidas de 2022 y 2023 en la fase de grupos. Una generación dorada ha despertado la ilusión en el barcelonismo de nuevo. Las expectativas con el triplete fueron tan altas, que la derrota en Milán supuso un mazazo mayor de lo esperado. El Barça perdía 2-0 al descanso en el Giuseppe Meazza y se levantó de la lona, a pesar de las múltiples bajas, para cosechar una remontada épica. Lo único que falló fue el desenlace con un gol de Francesco Acerbi en una jugada aislada.

Gerard Martín y Fermín López lloran desconsoladamente tras el Inter-Barça

Gerard Martín y Fermín López lloran desconsoladamente tras el Inter-Barça FCB

Yann Sommer sacó un gol cantado de Éric García a pase de la muerte, otro a Lamine Yamal que quiso reeditar su diana contra Francia en la Eurocopa por la única rendija entre una maraña de piernas de los defensores. Como el Real Madrid ha mostrado al mundo en los últimos años, no necesariamente levanta la Champions el mejor equipo. Ningún culé estaba preparado para este jarro de agua fría cuando se pusieron todos los ingredientes para viajar a Múnich sobre la sartén. El gafe de Europa apareció nuevamente, sin atender a razones ni merecimientos. Los brotes verdes volvieron a servir de consuelo culé para el futuro, porque esto solo es el principio.