Todo parece que los medios de agitación y propaganda del antiguo régimen andan un poco tiesos, lo cual los lleva a poner el cazo en el lugar de costumbre: la Generalitat de Cataluña. En el año 2024, recibieron de tan benéfica institución (ya se sabe que el dinero público no es de nadie) la morterada de casi 360 millones de euros.

No sé en qué se los gastaron, pero parece que el óbolo no fue suficiente, motivo por el que ahora TV3 pide noventa y cuatro kilos adicionales. Y sin haberse tomado la molestia de moderar su independentismo galopante. Aunque, ¿para qué hacer nada si el presunto nuevo régimen no ha sido capaz de proceder a la necesaria purga y siguen mandando los lazis?

TV3 es un pozo sin fondo que vive del dinero público. Ha bajado la publicidad y han subido los sueldos de sus directivos: algunos de ellos cobran más que un conseller del gobierno autónomo, y estos ya suelen cobrar el doble que sus homólogos del resto de España (me gustaría saber por qué nuestros, ejem, servidores públicos cobran siempre más que los de las demás autonomías y los del gobierno central. ¿Nos sobra la pasta? ¿Por qué nuestra actitud hacia los sueldos de por aquí se puede resumir en la famosa expresión 'será por dinero'? De un mosso d´esquadra a un conseller, pasando por un mandamás de TV3, todos cobran más que sus equivalentes a nivel nacional).

En TV3 sobra gente y hace años que se sabe. No es normal que una televisión autonómica tenga una plantilla que dobla a la de Tele 5 y Antena 3 juntas. El "¡Sera por dinero!" alcanza aquí su más absoluto significado.

Un viejo amigo, ya jubilado de la nostra, me contó hace años que aquello no paraba de llenarse de gente, habitualmente colocada por Convergencia, que ocupaba amplios despachos mientras la clase de tropa no tenía la menor idea de a qué se dedicaban. Cuando metías la pata en CiU o no te necesitaban para nada, te enviaban a TV3 a calentar una silla, ya que el nacionalismo siempre cuidaba de los suyos, aunque fuesen tontos de baba.

Ahora se ha descubierto que hay ejecutivos que cobran sueldos de 120.000 euros anuales (más que un conseller, insisto) y que hay sospechas de gastos no muy claros. Sobre el papel, TV3 es una empresa ruinosa. Y, en la práctica, no cumple las obligaciones de una televisión pública, ya que solo emite para el sector indepe de la población.

De ahí mi vieja propuesta de que TV3, o se cierra o se convierte en una plataforma a lo Netflix solo para los más cafeteros. Si quieren recibir exclusivamente material lazi que les haga arder el pelo, si quieren disfrutar de Tele Prusés, que se lo paguen de su bolsillo, al igual que las personas normales nos suscribimos a Movistar o Amazon para esquivar la programación de las teles gratuitas. Lo que no puede ser es que todos los catalanes les financiemos su idea de la diversión.

Intuyo que Salvador Illa acabará apoquinando los noventa y cuatro milloncejos de nada, para que no me lo acusen de 'descatalanizar' Cataluña. Aunque preferiría que tomara conciencia de que es el principal representante del nuevo régimen (que tanto se parece al viejo en ciertas cosas) y procediera, antes de aflojar la mosca, a la desratización de TV3 y procediera a intentar convertirla en una televisión realmente pública (aunque siempre puede optar por mi idea de convertirla en una plataforma de pago). Soñar no cuesta dinero.