
Esta es la desconocida ruta de Cataluña ideal para descubrir iglesias románicas BAGES TURISME
No es el Pirineo: esta es la desconocida ruta de Cataluña ideal para descubrir iglesias románicas
El camino principal incluye tres ermitas, pero los senderistas más curiosos pueden extender su recorrido y visitar otros templos del entorno
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Más allá del modernismo, Cataluña también es conocida por su arte románico. La zona más conocida para disfrutarlo suele ser el Pirineo y más concretamente el valle de Boí.
Las iglesias de Taüll y de Boí son las más conocidas, pero todo su entorno está repleto de ermitas de este estilo arquitectónico. Allí y por el resto de Cataluña. El románico no es exclusivo de las montañas catalanas.
Menos conocida que la zona del valle de Boí, hay una región que también concentra un buen muestrario de iglesias románicas. Tal vez porque están eclipsadas por la gran abadía que hay cerca, la de Montserrat.
En cambio, a la sombra de esta mágica montaña, se despliega un terreno que merece ser explorado si se quieren conocer los mayores secretos del arte románico. Un sendero que pocos conocen, pero que sorprende por su belleza arquitectónica y paisajística: la Ruta del Románico Montserratí.
Un camino poco transitado
Lejos los focos mediáticos del modernismo barcelonés o de los fríos Pirineos, este itinerario ofrece una experiencia singular y poco concluida.
A través de iglesias románicas escondidas entre campos, caminos rurales y paisajes con vistas imponentes a Montserrat, esta es una manera diferente de conocer Cataluña y su arte.
Inicio del recorrido
No es muy difícil, además. El recorrido es circular, de unos siete kilómetros y sin muchas pendientes pronunciadas. Comienza en el municipio de Castellbell i el Vilar y ya allí se puede degustar el primer aperitivo románico, la iglesia de Sant Cristòfol de Castellbell, una joya del siglo XII.
Construida en piedra, con una sola nave y un campanario de espadaña, este pequeño templo es un perfecto ejemplo del románico rural catalán. La sobriedad de sus formas contrasta con la riqueza natural del entorno, desde donde ya se intuyen las agujas de Montserrat en el horizonte.

Masia Casajoana MASIA CASAJOANA
Desde allí, el sendero lleva al caminante hasta la Capella de Sant Jaume de Castellbell, también del siglo XII. Esta capilla, restaurada recientemente, conserva una nave rectangular con un sencillo ábside semicircular.
Lo más especial de esta ermita, por eso, no es su arquitectura, sino su ubicación. Se encuentra en lo alto de una colina que domina el valle del Llobregat, lo que ofrece unas vistas increíbles.
Las iglesias románicas de la zona
Continuando el itinerario, una suave bajada entre encinas y campos de cultivo lleva hasta la Font del Carner, un lugar de descanso natural antes de emprender otro ligero ascenso hacia otra de las paradas clave de la ruta: la iglesia de Sant Esteve de Marganell.
Esta construcción románica, también datada en el siglo XII, destaca por su planta basilical y su ábside decorado con lesenas lombardas. Aunque su silencio también es de otro mundo: ni un ruido más allá del viento entre los árboles o el canto de los pájaros.
Una ruta extendida
La ruta principal incluye estas tres iglesias, pero los caminantes más curiosos pueden extender su recorrido hasta otros templos que enriquecen la experiencia románica montserratina.
Uno de ellos es la pequeña iglesia de Sant Pere de Vilamarics, una de las más antiguas de la zona, datada en el siglo X. Aunque hoy se encuentra en ruinas, conserva parte de sus muros originales y una atmósfera única.

Sant Pere de Vilamarics WIKIPEDIA
No muy lejos, ya en las faldas mismas del macizo de Montserrat, se alza el antiguo monasterio de Santa Cecília de Montserrat, fundado en el año 945. De estilo prerrománico, con reformas románicas posteriores, este monasterio ha renacido como espacio cultural y de contemplación.
Su triple ábside y los detalles lombardos del exterior dan testimonio de su importancia histórica y espiritual. Hoy, además de su valor artístico, ofrece vistas extraordinarias sobre el valle y es uno de los mejores lugares para experimentar la esencia contemplativa de Montserrat.
Arte románico fuera de los Pirineos
También merecen una visita la Capella de la Mare de Déu de Gràcia, construida sobre una base románica en el municipio de Sant Salvador de Guardiola, y la ermita de Sant Iscle i Santa Victoria, otro vestigio del pasado medieval escondido entre los caminos que rodean el macizo.
Todos ellos conforman esta ruta del románico montserratí y sus derivadas. Una opción mucho más cercana a las grandes urbes, pero igual de bucólica.
Cómo llegar
Se encuentra a escasos kilómetros de Barcelona. De hecho, se puede llegar en tren. Los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), tienen Castellbell i el Vilar, situada a escasos cinco minutos a pie de la iglesia de Sant Cristòfol. La línea R5 llega aproximadamente 1 hora y 10 minutos.
Otra opción es ir en coche. Basta con tomar la autovía C-58 en dirección a Terrassa-Manresa. Tras unos 45 minutos de viaje, se accede a Castellbell i el Vilar.