Hein de Haas (1969) es un sociólogo holandés experto en migración. Suyo es Los mitos de la inmigración: 22 falsos mantras sobre el tema que más nos divide, cuyas conclusiones deslizó en sus dos ponencias en la 40ª Reunión Anual del Cercle d'Economia de la pasada semana.
Vive entre Holanda, el Reino Unido y Marruecos, de donde ha llegado a Barcelona para poner negro sobre blanco una cuestión con cada vez mayor peso en el debate político y social de Cataluña, España y el resto de Europa. Y de la que, tan comúnmente, van de la mano los principales postulados extremistas.
- ¿En qué está trabajando?
- Actualmente, estoy haciendo investigación en Senegal. En Saint-Louis, porque es un lugar interesante, ya que hay muchas comunidades de pescadores y algunas personas que se van a las Islas Canarias, de hecho. Estamos entrevistando a hombres y mujeres jóvenes sobre sus planes de futuro, y la migración es parte de eso.
- ¿Qué espera obtener con este proyecto?
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Ahora mismo es una continuación de mi investigación. La mayor parte de mi trabajo ha sido sobre Marruecos, y sigo investigando allí, pero Senegal es casi como una continuación, geográficamente hablando. En términos de las historias de migración, veo muchos paralelismos entre lo que pasa ahora en Senegal y lo que ocurría en Marruecos hace 30 años.
- Desarrolle.
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Veo la migración de ahora en Senegal como una nueva generación que llega a la adultez, con mejor educación, más acceso a la información y un aumento en las aspiraciones de migrar. Esto toca el núcleo de una teoría nueva que he estado tratando de promover a nivel internacional: creo que las formas tradicionales de pensar la migración están equivocadas.
- ¿Por qué?
- Solemos pensar en la migración como una respuesta a la pobreza y como una crisis. Claro que existen migraciones como la de Ucrania cuando fue atacada. La gente huye. Eso es lógico. Pero no hablo de migraciones convencionales. Si miras el mundo, la mayoría de los grandes países en términos de emigración no son los más pobres del mundo. Y eso es porque el desarrollo, en realidad, genera migraciones. Entonces, si un país pobre pasa a ser de clase media, en esa transición más personas migran.
- Migrar para crecer.
- Migrar cuesta. Es una cuestión de dinero, de educación, de información. Las personas empiezan a cambiar la forma en que invierten en su futuro. Ya no quieren ser campesinos o pescadores. Tienen otros sueños. También va de modernización, en términos generales. Eso es lo que yo llamo la “paradoja migratoria”, y por eso digo que tenemos que repensar la migración. Tenemos que verla como parte del desarrollo, no como lo opuesto.
Hein de Haas, en el Palau de Congressos de Catalunya
- España juega un papel clave...
- Si hablas con personas en Marruecos o Senegal, por ejemplo… Los marroquíes todavía migran. Y España sigue siendo un destino importante. Si preguntas por qué se van, la mayoría dice que es por la familia. Es una inversión familiar. Porque migrar es caro, sobre todo con los controles fronterizos. Antes de 1991, las personas podían ingresar a España sin visa. Para los marroquíes, era fácil cruzar en ferry. Ahora, migrar es caro y es un riesgo. Es una inversión familiar, es el futuro de la familia. Es una huida desesperada de la miseria. Pero miremos la historia europea: los españoles migraron, los italianos también.
- Para el país receptor, ¿qué beneficios diría que tiene la migración? Más allá del hecho de obtener gente trabajadora.
- La mayoría migra para construir una casa, abrir un pequeño negocio, casarse, ayudar a los que están en su casa, pagar una atención médica a los padres, o enviar a los hijos a la escuela. Entonces, los principales beneficios de la migración son, por un lado, los negocios, y también quienes utilizan los servicios de los migrantes. Pero no debemos olvidar a los propios migrantes. La gente sigue migrando y, principalmente, hay beneficios para los migrantes. La gente se va, muchas veces, con la idea de volver. Aunque ahora sabemos que más personas se quedan a pesar de planear el retorno a sus países.
- ¿Qué opina de los planes de la Unión Europea?
- ¿Por qué creemos que el nuevo plan de la Unión Europea para frenar la migración va a funcionar? ¿Cuándo comenzó el fenómeno de las pateras? En 1991. ¿Por qué? Porque ese año España y Europa introdujeron el visado Schengen para los norteafricanos. Antes de eso, los marroquíes podían simplemente tomar el ferry hacia Algeciras. No se necesitaba visa. Todos estos nuevos programas para firmar acuerdos con países como Senegal, Marruecos u otros países africanos… ¿Por qué creemos que esta vez sí van a funcionar, si estas políticas han fallado durante los últimos 40 años?
- ¿Por qué cree que un sector de la sociedad considera que la inmigración no es positiva?
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Los beneficios de la migración no se distribuyen de forma equitativa en las sociedades de destino. Diría que principalmente son los negocios y las familias de clase media los que se benefician. Por ejemplo, en España, se benefician de la migración sobre todo los agricultores o los hogares que usan servicios de migrantes. No son las personas más pobres de España ni de Europa. Entonces, es comprensible que las personas trabajadoras con bajos ingresos digan que no ven muchos beneficios, pero que sí ven los cambios en el barrio.
Diálogo con el sociólogo Hein de Haas en el Cercle
- ¿Dónde está el problema?
- Creo que es muy importante no caer en la trampa de decir que la migración es solo buena. Ese no es el punto. El problema es ese encuadre entre ser pro y anti. Yo digo que tenemos que entender que vemos a los migrantes como trabajadores, no como personas. Y eso crea problemas para el futuro. Si no pensamos en cómo integrarlos, en cómo pueden sentirse parte, en cómo evitar la segregación, entonces sí que aparecen problemas reales que no se pueden negar. Se ve a los migrantes como mano de obra barata, y no se piensa en las consecuencias de ello.
- En Cataluña, tenemos algunos pueblos donde coincide un alto índice de migración con un alto índice de violencia. ¿Cómo se puede resolver esto? ¿Cuál sería su solución?
- Creo que en España hay una política migratoria de laissez-faire en lo que respecta a migrantes de baja cualificación. Es un secreto a voces que muchos de ellos entran de forma irregular o se quedan más allá del tiempo permitido por la visa. Todos lo saben.
- Y eso pasa en casi todo Occidente, pero España es un buen ejemplo. Esta política para mí no es óptima, porque lleva a que muchas personas vivan en un limbo legal durante muchos años. Y eso, claro, genera problemas.
- Y se generan los llamados guetos...
- Cuando la gente vive en pobreza, sin papeles, se generan concentraciones de pobreza y otros problemas sociales en ciertos barrios. Y, como decía antes, los españoles que viven en esos barrios tienen razones para decir que algo no va bien.
- ¿Entonces? ¿Qué propone?
- Creo que el camino a seguir es una política migratoria más regulada, donde se sea más proactivo a decidir quién entra y quién no. Facilitar la migración legal, en lugar de tener una política de dejar hacer, que es la que ha predominado hasta ahora.
Un grupo de inmigrantes, rescatados por Salvamento Marítimo en Tenerife
- Precisamente, en Cataluña, la cuestión ha ganado peso en la política, con partidos como Vox, Aliança Catalana y Junts tratando de marcar discurso.
- En el libro intento dejar muy claro que esto no es una cuestión de izquierda o derecha. Si seguimos discutiendo la migración como si fuera algo completamente bueno o completamente malo, no vamos a ninguna parte. Necesitamos discutir la migración como cualquier otro tema. Como la educación o la economía. Debemos preguntarnos qué podemos hacer con ella para gestionarla mejor. Y veremos que claramente hay cosas que no están funcionando.
- Es precisamente ese el sentido de su obra.
- Espero que mi libro contribuya, junto con el trabajo de mis colegas, a un cuestionamiento más crítico hacia los políticos. Como hacemos con las políticas económicas, ¿no? En ese caso preguntamos: ¿Funciona? ¿Es eficiente?
- Creo que ahí es donde realmente debe ir el debate: hacia la eficiencia de las políticas, en lugar de hablar solo de lo que queremos.
- ¿Cómo le está yendo con el libro? ¿Está contento?
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Sí, me he sorprendido gratamente ver cómo ha sido recibido. También en España. La respuesta del público ha sido bastante buena. Claro que uno espera que el libro llegue al debate público, sobre todo a la política. Siempre digo: necesitamos periodistas. Así que me alegra que me estés haciendo esta entrevista. Espero que mi libro ayude también a que los periodistas hagan preguntas críticas a los políticos.
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