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Los grandes retos, oportunidades y amenazas de Cirsa en bolsa

La multinacional del juego con sede en Terrassa quiere crecer con compras, seguir apostando por el canal online y reducir deuda

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Tenía que ser en abril, pero la incertidumbre macroeconómica que creó Trump ha postergado la decisión. Hasta ahora. Cirsa ya deshoja la margarita de su salida a bolsa, pendiente de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apruebe la operación y se concrete la fecha del salto al parqué. Las acciones saldrán a un precio de 15 euros cada una, con una capitalización de 2.520 millones y un valor de empresa de 4.700 millones de euros.

La decisión, muy meditada por la dirección y la propiedad, realizará una oferta de suscripción de nuevas acciones ordinarias por valor de 400 millones y una oferta de venta de acciones de unos 60 millones, esta última destinada a cubrir impuestos y otros gastos asociados a la reestructuración de las participaciones.

El grueso de los ingresos netos de la oferta de suscripción de acciones irán destinados a acelerar el crecimiento, fortalecer la estructura de capital y amortizar la deuda existente. El gran objetivo es reducir el apalancamiento neto del grupo a aproximadamente un ratio de 2,7 veces ebitda.

Poco antes de tomar la decisión, la multinacional del juego ya rebajó su apalancamiento cinco décimas, hasta 3,3 veces el ebitda, con una emisión de bonos por valor de 600 millones por parte de Blackstone, su accionista mayoritario. El movimiento les ha permitido reducir el tramo primario del estreno bursátil y mejorar su generación de flujo de caja libre (FOCF).

Grandes oportunidades

Con el estreno en bolsa, Cirsa podrá seguir creciendo de forma holgada. Una vez los 400 millones captados reduzcan la deuda del grupo, la intención de la empresa egarense es crecer con compras y reducir aún más la deuda. Para ello, dispone de una disponibilidad de caja de 567,6 millones de euros, incluyendo 273,3 millones en efectivo y el resto en líneas de crédito no dispuestas.

El gigante del juego seguirá una estrategia muy similar a la efectuada hasta ahora. Se centrará en el crecimiento del negocio online, con la marca Sportium como bandera, una marca que se ha consolidado como referencia. El digital es el mercado que más crece.

El crecimiento efectuado se ejecutará “con cabeza”, recuerdan desde la empresa, pues la dinámica de Cirsa es de un crecimiento “sostenido, pero sólido”. 

También seguirán operando en países y mercados donde el juego está regulado, un principio que forma parte de la política de compromiso de Cirsa y que, ahora, estará más vigilado que nunca por la CNMV. 

Principales amenazas

Además de oportunidades y retos, el salto a bolsa siempre implica riesgos. En este caso, la mayor amenaza es la regulatoria. Cualquier cambio en el marco legal puede afectar directamente los ingresos y la rentabilidad y espantar a los inversores. Sin embargo, la empresa recuerda que “mantiene una atención constante sobre el juego responsable” y está atenta a cualquier modificación legislativa.

Por otro lado, otro de los grandes riesgos es la ciberseguridad. Dada la naturaleza del negocio de Cirsa, la protección de datos es un aspecto clave para el grupo. La filtración de datos podría acarrear robo de identidad, fraude financiero y un daño masivo a la confianza del cliente. Pero la empresa cuenta con un equipo dedicado sólo a este ámbito y ha reforzado las medidas al respecto en los últimos tiempos, como la empresa reporta detalladamente en sus informes de resultados anuales.