
El actor Enric Auquer, protagonista de 'La buena letra'
Enric Auquer, protagonista de 'La buena letra': “Que la izquierda no blinde el derecho a la vivienda es una locura”
El actor catalán habla de su compromiso social y político y asegura que "la maldad entra por el bolsillo"
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Enric Auquer no se detiene. Lleva años que está en todos lados: teatro, cine y plataformas. Y, además, en las noticias. El actor ha sacado su compromiso social a relucir y el público ha conocido su parte más activista, que le ha reportado algunas críticas.
Al intérprete catalán no le molesta. Él trata de aportar su granito de arena y hablar de una situación preocupante: la vivienda. Sabe que habla desde el privilegio, pero no quiere que su profesión lo desconecte de la realidad.
En esta misma línea, Auquer une trabajo y compromiso y protagoniza la última película de Celia Rico, La buena letra. El film, basado en la novela homónima de Rafael Chirbes, cuenta la historia de una familia del bando de los vencidos de la Guerra Civil.
El catalán interpreta a Antonio, un joven que, tras sufrir la tortura de los franquistas, trata de salir adelante como puede. Los golpes físicos y de la vida acaban con su compromiso y termina siendo el más ambicioso de toda su familia, mucho más humilde.
Tras su paso por el BCN Film Fest, la cinta llega este 30 de abril a las salas. Crónica Global aprovecha la ocasión para hablar con el actor sobre la película y su compromiso político y social.

Enric Auquer EFE
- Nueva película de la posguerra, ¿le gustan estas historias?
- No sé, al final es una cosa que todavía está allí. Quedan muchas cosas por explicarnos en este país y se hacen películas que son importantes e interesantes en este sentido.
- En este caso, además, la película no va de buenos y malos. Y su personaje es…
- Es complejo. El viaje de Antonio tiene significado profundo dentro de la película. Es más explícito en la novela, donde el personaje representa a una sociedad desmemoriada, poco sensibilizada en poder entender su pasado. Se ve porque la descendencia de esa familia acaba queriendo tener dinero y vender la casa familiar, echando a la madre de esa casa.
- En la película acaban derruyéndola para construir unos pisos. Es la definición más explícita de una sociedad o una generación futura que se pierde la memoria, el respeto y el entendimiento con su pasado.
- De ahí que no sea simplemente “otra película de posguerra”, como a veces se critica.
- Yo odio esta frase. Antonio es un personaje muy derrotado, humillado y maltratado, con una vergüenza interna muy fuerte. Sale de la cárcel donde ha sido torturado y, para sobrevivir en esta posguerra y en la intimidad española y de esa casa, acaba renunciando a todo.
- Por otra parte, una de las cosas que más me emociona de la película, y que está implícito, es esa renuncia del personaje a su parte más visceral, que es la parte más artística o poética, incluso la renuncia a la parte ideológica. Ves cómo en la posguerra los vencidos, aunque no todos, acabaron renunciando a su ideología para acabar trabajando o sirviendo a los ganadores.

Enric Auquer en 'La buena letra' CARAMEL FILMS
- Pero uno lo quiere y lo odia a partes iguales a Antonio. Por un lado, el espectador lo entiende, luego cree que es un aprovechado, luego que ha claudicado al sistema y más adelante que es un ambicioso como todos.
- Bueno, la película plantea una cosa muy trágica: que parece que el progreso sea renunciar a todo. Por eso es interesante que contra el individualismo y la desmemoria tiene que haber colectividad y cuidado. Y este personaje renuncia a eso, por su herida tan grande, y por el silencio autoimpuesto que hay en esa casa y en España. Y también un silencio impuesto desde fuera. De allí que acaben siendo personajes rotos y familias poco entendidas.
- ¿Pero no tiene algo de aprovechado también?
- Bueno, esos también eran unos roles que se daba. Uno es el hombre más sacrificado y mi personaje es el artista, el soñador, el combativo, pero luego da ese viaje ideológico tan grande que es la traición con él mismo.
- ¿Es fácil traicionarse a sí mismo?
- Creo que es la tónica general. Hoy nos pasa constantemente: la maldad entra por el bolsillo. Maldad o como lo quieras llamar. Me refiero a que cuanto menos necesitas, más libre eres, y cuanto más necesitas, pareces más libre, pero eres más fácil de corromper y es ese bucle. Cuanto más privilegio tienes, más alejado estás del que menos tiene. Y en esta parábola, en esta rueda, coger conciencia de clase y de privilegio es cada vez es más complicado. Y cada vez estás más solo, más individualizado, cada vez trabajas menos por el colectivo, te lo ponen más difícil y, cada vez, el mundo se va más a la mierda. Es complicado.

Enric Auquer Barcelona
- En su caso, no se sabe si eso ha pasado. Le hemos visto comprometerse con causas como la vivienda y otras luchas sociales, sin miedo a las críticas recibidas.
- Mira, yo vivo de alquiler en Barcelona, toda mi familia vive de alquiler en Barcelona, mis amigos... La vivienda nos preocupa a todos, estoy seguro de que a ti también. No puedes vivir todo el rato tirando el 80% de tu sueldo en un alquiler y pensando que cuando pasen cinco años te echarán de tu piso. Así no se puede vivir. Sí, yo me puedo pagar un piso más caro, pero hay mucha gente que no y en mi entorno nadie. También supongo que todo depende de los círculos en los que te mueves y tratar de no aislarte de la realidad.
- Yo estoy afiliado al Sindicat de Llogaters i Llogateres y cuando hay una movilización voy. El otro día fui a Vallcarca y no es mi barrio, pero fui porque toca ir. Partimos de la base de que aquí, en Barcelona, hay chabolismo. En el Raval hay pisos donde viven 60 personas. Y eso es chabolismo, pero está invisibilizado porque está en un barrio tensionado, policial y cercado. Hay chabolas en Vallcarca, hay chabolas, pero hay muchas que ni se ven.
- Y, alejándonos de la pobreza más extrema, la gente que tiene un trabajo y a la generación que nos han vendido que yendo a la universidad podías vivir más o menos dignamente, vemos que trabaja muchas horas para poder vivir. No te hablo de tener tiempo para el ocio, te hablo de poder poner la calefacción, de pagar el alquiler y de tener una vida más o menos tranquila y digna, que es lo que nos merecemos. Ya que estamos trabajando para este sistema todo el rato, al menos que nos dejen vivir en paz.
- Se entiende que la derecha conciba la vivienda como un producto de mercado, y es una bestialidad. Pero ver especulación en partidos de izquierdas es una barbaridad. Ver que la izquierda también especula de alguna manera con eso y no blinda el derecho a la vivienda como un derecho fundamental, es una locura.
- Y si eso se ha de combatir, pues se combate, si te tienes que sindicalizar e ir a la calle y quejarte, pues lo haces. Yo también hago voluntariado en Fundació Arrels, intento ocupar mi tiempo con cosas que me acerquen a la realidad, porque mi trabajo y toda su pompa también te aleja un poco.

Enric Auquer en los Premios Gaudí EFE
- ¿Mata también lo artístico, como le pasa a su personaje?
- No sé. Todo forma parte también de quién eres y qué vas haciendo. Yo no lo encuentro una hazaña, ni mucho menos.
- Yo intento aportar a la gente que está luchando cada día y está haciendo reuniones, acciones, militancias y saliendo a la calle y haciendo militancias, poniendo en contacto a la gente y ofreciendo ayuda y apoyo a las personas que están en una situación vulnerable y de riesgo. Yo simplemente soy un actor
- Hablaba de la actitud de la izquierda: ¿no hace suficiente? ¿No está?
- No se hace suficiente, es obvio. Si tú preguntas a cualquier persona de cualquier ciudad europea cuál es el problema que más le preocupa, es la vivienda. Ya está. Hay un problema político y social y parece evidente que el mercado y el poder político no van a hacer nada para cambiarlo porque no les interesa, porque todo el mundo pilla algo.
- ¿Escoge también sus papeles por su compromiso? Si uno juzga sus últimos papeles, lo parece. No sé si es así.
- A ver, yo sí que puedo hacer una serie o película que a nivel artístico sea increíble y que tenga un discurso político que me interesa, la hago y estaré orgulloso de que mis hijos la vean. Es muy claro, cuando haces una película que tiene sólo entretenimiento y no hay un compromiso artístico ni político, la haces y ya. Te lo pasas bien, ganas un dinero y ya está. También esto es un trabajo, es un oficio, y tengo que pagar un alquiler.
- De verdad, parece que los actores sean millonarios. Yo vivo muy bien, tengo mucho privilegio, pero mientras trabaje, porque este trabajo es muy inestable. Yo dejo de trabajar un año y tengo que ponerme a trabajar de lo que sea para buscarme la vida.
- Es decir, yo soy rico durante un año. Si a mí, un día, por mi compromiso político, se me cancela, tendré que cambiar de trabajo. Si yo, de repente, dejo de querer que las productoras y los directores me tengan en cuenta, tendré que dedicarme a otra cosa y dejaré a tener ese privilegio que tenía de hacer un trabajo que me gusta y me representa como este.

El actor Enric Auquer
- Por último. Tras su premiado y exitoso trabajo en ‘El día del Watusi’, ¿le gustaría hacer más teatro?
- Para mí este es el mejor trabajo que he hecho en la vida. A nivel artístico y de compromiso por mi parte fue una pasada. Pero, como hablábamos, te corrompes por el bolsillo, y yo estoy en un momento que tengo muchos gastos, porque tengo una familia muy grande y hay mucha gente depende de mí. El teatro ahora mismo exige mucho compromiso y me aleja de la familia. Tiene que ser algo que me apasione mucho, un personaje que me interese mucho, con un equipo que me guste mucho, con un director y con un texto que me flipe, o no me meto. Pero teatro seguiré haciendo.