
Esta mansión modernista se encuentra a media hora de Barcelona, Can Pahissa WIKIPEDIA
Ni Gaudí ni Puig i Cadafalch: esta mansión modernista se encuentra a media hora de Barcelona
La casa fue construida por un burgués catalán que hizo su fortuna en las Américas
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Es de sobras conocido que a finales del siglo XIX, Cataluña vivió una eclosión artística sin precedentes. En plena efervescencia cultural, el modernismo se convirtió en algo más que una corriente estética: fue una afirmación de identidad, de progreso, y de la voluntad de embellecer todos los aspectos de la vida cotidiana.
Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch son los tres arquitectos más conocidos, pero Jujol, Sagnier, Llimona y muchos otros son otros de los nombres destacados de esta corriente arquitectónica, escultórica y artística.
Si bien es cierto que la mayoría de ellos desarrollaron el grueso de su obra en Barcelona modernismo floreció más allá de la capital. El mismo Gaudí hizo obras a las afueras e incluso cerca del Pirineo, Domènech i Montaner erigió la Casa Navas en Reus.
Por otro lado, en ciudades y pueblos donde mecenas locales impulsaron proyectos arquitectónicos igualmente notables, aunque mucho menos conocidos. Gracias a eso, Vilanova i la Geltrú, un municipio a media hora de Barcelona, guarda una joya aún por descubrir para el gran público: la casa Sebastià Soler i Miró, más conocida como Can Pahissa.
Dónde está
Este edificio, situada en plena Rambla Principal, es el ejemplo más sobresaliente de modernismo arquitectónico en la ciudad. Su portal, su vestíbulo, su escalera, sus puertas y sus monumentales vidrieras son un claro ejemplo de ello.
Can Pahissa es en realidad un edificio aislado, con jardín perimetral, que ocupa una posición destacada en la esquina entre la rambla de la Pau y la calle Soler i Morell. Consta de semisótano, planta baja elevada respecto al nivel de la calle y azotea.

Fachada de la Casa Sebastià Soler i mIRÓ ARQUITECTURA CATALANA
Un edificio que impresiona
Lo primero que impresiona son sus fachadas, construidas con piedra vista de tonalidad rosada, presentan una combinación estilística que une el dinamismo curvilíneo del modernismo con ciertos elementos clasicistas.
Las aberturas, de gran tamaño y formas ovaladas, están flanqueadas por un total de 49 columnas con capiteles jónicos. Esta fusión de formas onduladas y orden clásico genera una tensión visual característica del modernismo tardío.
Detalles de la Casa Sebastià Soler
La moldura que recorre la parte superior de las ventanas actúa como elemento unificador de la fachada, mientras que la cornisa, decorada con motivos vegetales, da paso a una barandilla de azotea que mezcla piedra e hierro forjado. En la parte posterior, una tribuna semicircular coronada por una semi-cúpula refuerza el carácter ornamental y al mismo tiempo íntimo del conjunto.
Pero es en el interior donde Can Pahissa alcanza su máximo esplendor. Aquí, el modernismo despliega todo su repertorio con exuberancia y coherencia. El vestíbulo, en particular, resulta impactante: una composición de líneas sinuosas, formas ovoïdales y una atención minuciosa al detalle revelan la participación de diversos oficios artísticos, característica esencial del movimiento modernista.
Cómo es por dentro
La claraboya del salón central, con sus vitrales policromados, baña el espacio en una luz matizada que realza los trabajos de carpintería, forja y yesería. Los techos presentan molduras elaboradas y relieves vegetales, mientras que la decoración mantiene un equilibrio entre lo ornamental y lo funcional.
El jardín no se queda atrás en su aporte al conjunto. Una torre de inspiración naturalista y una fuente con la fecha de 1916 --lo que sugiere que fue construida antes que la casa-- refuerzan la atmósfera de fantasía propia de un pequeño edén privado. El mirador rocalloso del jardín, además, lleva inscrito el nombre del propietario, como firma silenciosa de quien quiso dejar huella no sólo en el negocio, sino también en la memoria urbana de su ciudad.

Interior de Can Pahissa PATRIMONI VILANOVA
De dónde viene su nombre
El nombre popular de la casa por eso es Can Pahissa. Hace referencia a la masía originaria de la familia Soler, la Pallisa, de donde eran masoveros sus abuelos. El apellido de la masía, deformado, se convirtió en el apodo familiar y, con el tiempo, en denominación informal de la casa. Eso no le quita la conexión con la burguesía catalana.
Solo hace falta ver quién ordenó erigirla. Fue Sebastià Soler i Miró, un vecino de Vilanova que emigró a Chile para hacer fortuna y la hizo. Amasó una considerable riqueza gracias al comercio de la madera, la exportación de nitratos, la construcción de viviendas y la marina mercante.
Un edificio burgués
Tras liquidar sus negocios, Soler regresó a su ciudad natal y encargó la construcción de una casa que reflejara tanto su éxito como su sensibilidad estética.
El elegido fue el arquitecto Josep Maria Miró i Guibernau, quien se inspiró en elementos de la casa Pérez Samanillo de Barcelona —especialmente sus aberturas ovaladas— para concebir este proyecto que se empezó a construir en 1916 y se concluyó en 1921.

Esta mansión modernista se encuentra a media hora de Barcelona, Can Pahissa WIKIPEDIA
Convertido en asilo
En 1983, el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú adquirió el edificio y, al año siguiente, emprendió obras de restauración y adecuación bajo la dirección del arquitecto municipal Miquel Orriols i Mas.
El objetivo era convertir la finca en un centro de acogida para personas mayores. Y así ha sucedido. Además de ser un centro de día, ahora acoge a diversas entidades y colectivos y aloja un comedor social.
Cómo llegar
Para visitar Can Pahissa en coche desde Barcelona, basta con tomar la autopista C-32 en dirección Sitges–Tarragona y salir en la salida 26 hacia Vilanova i la Geltrú. El trayecto dura aproximadamente 45 minutos.
También se puede llegar cómodamente en tren. Las líneas de Cercanías R2 Sur (dirección Sant Vicenç de Calders) conectan Barcelona con Vilanova i la Geltrú en media hora y 45 minutos, en función de la línea. Desde la estación de tren, Can Pahissa está a solo 10 minutos a pie.