
Una cueva en la montaña CANVA
No dejes pasar la oportunidad: el secreto mejor guardado de las montañas de Cataluña es una cueva escondida que poca gente conoce
Su acceso es relativamente sencillo para senderistas o familias con algo de experiencia
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Las montañas de Cataluña ocultan lugares inimaginables. Conocidas son las rutas por el Parque Natural d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici para explorar hasta 400 lagos de la zona, o los caminos que llevan a cascadas que parecen cenotes, y ermitas varias. Pero hay más sorpresas.
No está en los Pirineos, sino muy cerca de Barcelona, en el Montseny. Se trata de una de las cuevas de más difícil acceso, pero que conserva una de las bellezas naturales más espectaculares del lugar, sino de toda Cataluña. Se trata de la Cova del Moro d’Aiguafreda.
También conocida como Cova de Cruïlles o Cova de l’Encantat, esta pequeña cavidad natural, cargada de leyendas y misterio, ha permanecido durante siglos como un secreto local. Claro que ayuda el estar camuflada entre encinas y riscos, lejos de las rutas de turismo masivo.
La cueva se encuentra en el término municipal de Aiguafreda y forma parte del parque natural del Montseny, declarado reserva de la biosfera. Su acceso es relativamente sencillo para senderistas o familias con algo de experiencia, pero su localización exacta no aparece señalizada en la mayoría de mapas turísticos.
Poco señalizada
Es uno de esos lugares que se transmiten de boca a oreja entre vecinos, excursionistas y espeleólogos aficionados. Eso y la relativa dificultad de acceso, la hace una zona poco conocida y concurrida.
A diferencia de otras cuevas de renombre, como las simas profundas del Pirineo o las grandes cuevas turísticas de Cataluña, la Cova del Moro es modesta en dimensiones, eso también hace difícil su acceso.
Cómo es la cueva
La entrada se abre discretamente al pie de un árbol, en una pequeña depresión del terreno. Desde allí, se accede a un conducto vertical de unos cuatro metros de desnivel, que da paso a una galería principal de unos 18 metros de longitud y cerca de dos metros de altura.
El interior de la cueva presenta una morfología particular, resultado de procesos de desprendimiento y acumulación de bloques en una grieta natural del terreno. El suelo está recubierto por una gruesa capa de arcilla, lo que da al lugar una atmósfera húmeda y silenciosa.
Más de 30 metros de cueva
En épocas de lluvias, el agua ha excavado un pequeño meandro en el suelo de la galería, lo que delata su evolución activa y la convierte en un entorno vivo, cambiante. La cueva finaliza en un laminador de unos tres metros de ancho y longitud similar, bloqueado por piedras que impiden continuar el recorrido.
En total, la cavidad tiene unos 31 metros de desarrollo y un desnivel de ocho metros, lo que la convierte en una opción perfecta para una primera experiencia espeleológica familiar o una excursión con niños curiosos.
Dónde está cueva
Más allá de la cueva, la zona que rodea la cueva está repleta de atractivos arqueológicos y paisajísticos. En las inmediaciones se encuentran los dólmenes de la Serra de l’Arca, vestigios megalíticos que datan de entre el 2500 y el 2000 a.C., y que permiten intuir la riqueza cultural prehistórica de la zona.
También se conservan restos del castillo de Cruïlles, una antigua fortificación medieval que corona una de las colinas cercanas. El entorno, plagado de senderos bien conservados y miradores naturales, ofrece vistas impresionantes sobre los riscos de Bertí y los bosques de la alta Plana de Vic.
Un paseo por el Montseny
Aunque existen varias rutas para acceder a la cueva, la más sencilla comienza en el cementerio de Aiguafreda, junto a la urbanización Serrabanda. Desde allí, una pista forestal en buen estado discurre entre antiguas canteras y curvas suaves. Justo en la entrada de una curva que gira a la derecha, a mano izquierda, se encuentra un sendero no señalizado que en pocos minutos lleva a la entrada de la cueva, camuflada entre el sotobosque.
La visita puede completarse en unas tres horas entre ida y vuelta, con un recorrido de aproximadamente 6,2 kilómetros de dificultad media. La experiencia es ideal para quienes buscan una escapada diferente, lejos de las masificaciones, en contacto directo con la historia geológica y humana de Cataluña.
Cómo llegar
Para llegar en coche desde Barcelona, basta con tomar la C-17 en dirección Vic y salir en el desvío hacia Aiguafreda. El trayecto dura alrededor de una hora, dependiendo del tráfico.
Una vez en el municipio, hay que seguir las indicaciones hacia la urbanización Serrabanda y dirigirse hacia el cementerio, donde es recomendable estacionar el vehículo.