
Casa Lleó i Morera, en el paseo de Gràcia
Otro portazo del Ayuntamiento de Barcelona a una joya modernista de paseo de Gràcia
El consistorio vuelve a denegar a la inmobiliaria Núñez y Navarro la posibilidad de abrir las puertas de la emblemática Casa Lleó i Morera
Arguye que incumple la normativa porque carece de rampa para discapacitados, aunque NyN tampoco puede construirla dado que el bloque está protegido
Otro revés de Barcelona a su patrimonio histórico. La Casa Lleó i Morera del paseo de Gràcia ha vuelto a sufrir un portazo de parte del ayuntamiento, que niega una vez más a Núñez y Navarro (NyN), su propietaria, el derecho a abrirla al público.
A principios de este año, cuando los contratos de alquiler del edificio terminaron, NyN presentó en la plaza de Sant Jaume un permiso de reapertura. Fue denegado, si bien tenían tres meses para exponer alegaciones. Ahora, estas han vuelto a presentarse y el ayuntamiento ha vuelto a cerrarse en banda. Alega "deficiencias" en la propuesta de la inmobiliaria.
Laberinto normativo
El motivo de la cerrazón del consistorio es porque la Casa Lleó i Morera carece de rampa para discapacitados. La inmobiliaria no puede construirla, pues sus escalones están protegidos y la instalación de este elemento o de un mecanismo automatizado podría dañar el patrimonio histórico. Y el consistorio no cede, no quiere hacer una excepción normativa, pese a que el recinto es un tesoro modernista.
Núñez y Navarro apura sus opciones para encontrar la vía de sortear el recelo de los técnicos municipales. Tiene tres meses más hasta que el caso se archive y caiga en el olvido. Deberá convencer a los técnicos, tarea siempre ardua, como bien saben todos los empresarios del sector inmobiliario barcelonés.

Las escaleras de la discordia en la Casa Lleó i Morera en paseo de Gràcia
El ayuntamiento 'esconde' su patrimonio
Obra de Domènech i Montaner y ubicada en la rive gauche del paseo de Gràcia, goza de un esplendor artístico a la altura de sus vecinas Casa Amatller y Casa Batlló, en el mismo chaflán.
Pero el ayuntamiento no permite disfrutar de uno de los conjuntos más ricos de las artes aplicadas al modernismo, con mosaicos, vidrieras, marqueterías, pavimentos o esculturas que reflejan el esplendor perdido de una ciudad que un día fue el centro de la vanguardia artística.
Las damas que un día esculpió Eusebi Arnau, los elegantes salones y las vidrieras de Rigalt con relieves de porcelana son hoy apenas un recuerdo fugaz de una burguesía que otrora quiso ser la más ilustrada de la vieja Europa.
José Luis Núñez, antes de morir, expresó el deseo de que la Casa Lleó i Morera quedara abierta al barcelonés. El expresidente del Barça adoraba este bloque; y, ahora, su hijo Josep Lluís Núñez Navarro es el que intenta por todas las vías cumplir el sueño de su difunto padre.
En la 'manzana de la discordia'
La casa se levantó en 1906, y compitió con las vecinas Batlló y Amatller por ser la más bella de la ciudad, un conflicto que dio origen al apodo “la manzana de la discordia”, el tramo del paseo de Gràcia entre Aragó y Consell de Cent.
Perteneció a la familia Lleó i Morera hasta 1943, cuando fue vendida a la Sociedad Mercantil Bilbao, primero, y a la Mutualidad General de Previsión Social de la Abogacía de Madrid, después. Núñez y Navarro compró el edificio al Grupo Planeta en 2006. Había sufrido desperfectos por culpa del paso del tiempo, las guerras y la mano larga de algún que otro empresario sin sentido patrimonial que profanó los bajos para instalar una tienda Loewe.
Antes de ser de Núñez, había sido la sede de la Fundación José Manuel Lara --precisamente allí se instaló la capilla ardiente del patriarca del grupo Planeta--. Una vez falleció Lara, Núñez le echó el ojo y recuperó algunas de las alambicadas joyas que ornamentaban el edificio a comienzos de siglo y que se habían perdido. Hoy, el bloque vaga sin rumbo, ignota belleza entre las hordas de turistas.