
Imagen de una sucursal del banco portugués Novo Banco en Portugal
Caixabank estudia la compra del portugués Novo Banco
La operación para adquirir la entidad lusa, controlada por el fondo estadounidense Lone Star (75%) y el Estado vecino (25%), podría alcanzar los 6.000 millones de euros
Caixabank estudia la compra del portugués Novo Banco al fondo estadounidense Lone Star (que controla el 75% de la entidad) por alrededor de 6.000 millones de euros.
Según diversas fuentes, el banco catalán es uno de los diversos interesados en hacerse con Novo Banco (el grupo francés BPCE sería otro de los pretendientes), del que también es propietario el Estado portugués (con el 25% restante).
En el caso de que Caixabank terminara por hacerse con la participación mayoritaria de Novo Banco, la operación permitiría a la entidad financiera ampliar su presencia en Portugal. En el país vecino, el banco que dirige su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, está presente desde hace cerca de diez años, cuando se hizo con el control de BPI.
En las últimas presentaciones de resultados, Caixabank ha hecho especial hincapié en el buen comportamiento que está mostrando la economía portuguesa, la que mejor rendimiento ha mostrado desde el final de la pandemia, junto a la española.
Ampliar presencia en Portugal
En el proceso inciado por Lone Star para dar salida a su participación también se ha señalado en algunas ocasiones al Banco Santander, aunque éste siempre se ha desligado de la posible transacción.
La entidad que preside Ana Botín lleva cerca de un cuarto de siglo con notable presencia en el país vecino tras la compra del antiguo Totta & Açores, rebautizado después como Santander Totta.
Por su parte, Bankinter, que adquirió el negocio de Barclays en Portugal, ha figurado igualmente en algunas quinielas; no obstante, el banco que preside María Dolores Dancausa ha negado en repetidas ocasiones estar interesado en alguna operación corporativa.
La Bolsa como alternativa
Lone Star busca comprador desde hace tiempo para el paquete de control de la entidad lusa. Entre las alternativas que baraja también se encuentra una colocación en Bolsa.
La participación que mantiene el Estado procede del proceso de rescate que tuvo que llevar a cabo en el antiguo Banco Espirito Santo, propiedad por entonces de la familia que le dio su nombre.
Tras proceder a su saneamiento y al cambio de denominación por motivos reputacionales, inició un proceso para colocar una participación mayoritaria, que acabó en manos de Lone Star, al inicio de la primavera de 2017. Por entonces, el fondo inyectó unos 1.000 millones en la entidad.