El resort Don Juan de Lloret, Pep Cañellas (Fergus Group) y el abogado Genís Marfà

El resort Don Juan de Lloret, Pep Cañellas (Fergus Group) y el abogado Genís Marfà FOTOMONTAJE CG

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Los Aceña ganan a Fergus el primer combate de la guerra por el mayor hotel de Cataluña

La justicia tumba las cautelares que pidió la cadena mallorquina para recuperar la posesión y la gestión del Don Juan de Lloret y la condena a costas

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La histórica familia hotelera Aceña ha ganado a Fergus Group la primera batalla de la guerra del verano en el mayor hotel de Cataluña, el Don Juan de Lloret de Mar, un macrocomplejo turístico en la Costa Brava de 800 habitaciones.

Fergus, que hasta este año operaba el hotel, interpuso una demanda en la que alegaba que la propiedad --los Aceña-- había roto de forma unilateral el contrato que les vinculaba, dejando en la estacada los pactos y el capital comprometido.

La denuncia, que pedía recuperar la posesión y gestión del hotel Don Juan, no ha prosperado. La justicia ha tumbado las cautelares y, encima, le ha condenado a pagar las costas

Fergus contra el abogado de las fortunas catalanas

Aunque Fergus ha apelado la decisión y la disputa se prevé larga, con más denuncias cruzadas y sentencias, la primera contienda se la han llevado los Aceña, representados por el bregado abogado Genís Marfà, uno de los letrados más ilustres en la defensa de las grandes fortunas catalanas.

Desde el grupo Fergus relativizan esta primera sentencia, arguyendo que "no es la definitiva", y explican que el juez indica en el mismo auto "que hay muchos indicios que apuntan a que el contrato se podría haber roto de manera inapropiada".

Así las cosas, de momento Fergus no recuperará su mayor activo en explotación en Cataluña, donde comenzó a expandirse hace unos años. La pugna se remonta a 2022, cuando el conglomerado mallorquín --que opera 30 hoteles y factura 154 millones de euros al año-- llegó a Lloret para operar el hotel-ciudad de vacaciones. Lo asignó a su cartera Affiliated by Fergus.

La familia Aceña, una de las más granadas del turismo de sol y playa de Cataluña, había levantado el coloso en los años 70. Pero el modelo se agotó paulatinamente, y con la pandemia del coronavirus en 2020, se dio la última estocada al Don Juan de Lloret. En 2022, todo el complejo fue a la insolvencia.

El origen de la disputa

Un año después, se lanzó la fumata blanca. Los Aceña habían logrado refinanciar la deuda con el fondo irlandés Burlington, vinculado a Bank of America y Terram Capital. Pero el Tribunal Supremo tumbó el acuerdo. 

Tras ello, acudió Fergus Group al rescate. Los Aceña lograron un pacto que incluía la renegociación de parte del pasivo, no su totalidad, y el reposicionamiento del activo, que se divide en tres edificios y las citadas 800 habitaciones. 

La entente no ha durado. Este mismo año, apenas doce meses después del acuerdo de salida de concurso, Fergus ha salido de la explotación del resort. Ha entrado Ona Hotels, de la familia Barrau.

Por ello, Fergus expuso ante el juez que los Aceña les han "echado" ilegalmente del complejo. Además, explican que su gestión permitió al macrohotel "generar unos beneficios que han permitido a la propiedad refinanciarse por segunda vez" gracias al "excelente trabajo de reposicionamiento hotelero que ayudó a la propiedad a salir del concurso de acreedores".

Decisión drástica

Otras fuentes aseguran que "Fergus fijó unas condiciones de refinanciación draconianas, impagables para los Aceña, después de que el Tribunal Supremo tumbara el primer acuerdo [con Burlington]".

Ello ha llevado a la familia a tomar una decisión drástica. "El pacto de renovación de deuda era rayano a la usura", insisten. 

Y, además, la cadena mallorquina "no fijó condiciones de performance con los propietarios, por lo que tomó el control del hotel a todos los efectos". Esa falta de control "permitió a los mallorquines hacer lo que quisieran con los precios y contratos". 

Son dos acusaciones que Fergus niega, asegurando que "la familia Aceña le solicitó expresamente que, aparte de gestionar el hotel, pusiera dinero en las mismas condiciones para ganar la confianza de los nuevos financiadores". La firma, "como caso excepcional, accedió a ayudarles". 

Sea como fuere, Fergus ha perdido la primera batalla y lo que es definitivo es que se perderá las ganancias de la temporada alta del hotel más grande de Cataluña. Pero la gresca judicial va para largo, y se antoja intrincada.