Tsai Ming-liang, el cineasta de la observación

Tsai Ming-liang, el cineasta de la observación JOAN COLÁS

Creación

Tsai Ming-liang, el cineasta de la observación: "Quiero mostrar la forma del mundo y de la vida a través de la imagen"

El director de cine malayo-taiwanés viene por primera vez a Barcelona con motivo de la retrospectiva que le dedica la Filmoteca de Catalunya

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El cine de Tsai Ming-liangg no está hecho para todos los públicos. Es un cine de mirada contemplativa, que observa a sus personajes y les deja crecer, perderse, errar, disfrutar, parar. Los que han visto su serie de películas bautizadas como The Walker lo saben.

Bajo este título no se esconde nada. O sí. El nombre se debe a que el cineasta malayo graba en diferentes partes del mundo a un monje que se mueve a un ritmo hiperlento. Una declaración de intenciones, un gesto político que, aunque al cineasta le cueste reconocerlo, define su cine.

Más acción tienen otras películas suyas como la inicial Rebeldes del dios neón, el musical El sabor de la sandía, Stray Dog o Rizi (Days). Del estreno de la primera han pasado 33 años, de la última citada. El tiempo suficiente para ver cómo ha cambiado el cine de este director malayo que rueda en Taiwán y, desde hace años, por todo el mundo.

Él niega la mayor. Asegura que sus películas y la motivación para hacerlas siempre ha sido parecida, ver cómo la gente se mueve en el mundo en función de aquello que le pasa. Siempre rodeado de una realidad que, muchas veces, parece un decorado que no va acorde con la acción.

Tsai Ming-liang

Tsai Ming-liang CLAUDE WANG FILMOTECA DE CATALUNYA

Por eso o por su estética o por lo exótica o por razones tan desconocidas como la deriva del mundo, Ming-liang ha cautivado a medio mundo. Ha pasado por la mayoría de certámenes de cine del mundo, las filmotecas de diversos países le dedican retrospectivas y, la última de ellas, lo ha traído a Barcelona.

El cineasta ha pisado tierras catalanas por primavera vez y ha comprobado con sus propios ojos que lo que decían es real. “Es una ciudad muy turística”, testimonia a Crónica Global. ¿Ideal para una nueva cinta de la serie The Walker? "Si hay algún productor interesado...", deja caer.

Por ahora, la visita le ha llevado a tener un encuentro con estudiantes de cine, con espectadores de la Filmoteca de Catalunya y de la Fundació Joan Miró. Allí ha tratado de exponer su visión del cine y se ha reunido con Crónica Global en la sede del Raval.

Escueto en sus respuestas, entrevistarlo no es sencillo. El idioma hace que uno se sienta perdido en las explicaciones que da. Pero una cosa queda clara: su mirada ante la vida es la que muestra en su cine. Es tranquila y nada lo exaltada.

Tsai Ming-liang y su actor fetiche Lee Kang-sheng

Tsai Ming-liang y su actor fetiche Lee Kang-sheng JOAN COLÁS

Viendo su cine en retrospectiva, como presenta la Filmoteca, parece que hay dos etapas o dos Tsia Ming-liang: uno más abierto a contar historias, con humor, incluso música, y otro más reposado y silencioso. Pero siempre con una sensación de soledad muy presente.
El cine es una creación, así que es normal que haya como diferentes etapas según las experiencias que uno va adquiriendo.
Yo soy un director que se basa en las historias. Mis películas no se centran en el concepto de mercado, sino en mi propia experiencia. Quizás cuando era joven, algunas de mis experiencias me dieron una sensación de distancia entre la persona y la sociedad. Supongo que tiene que ver con lo que viví de joven, que me sentía muy solo.
Bueno, pero tal vez el monje de The Walker también lo refleja, ¿no?
Cuando rodé Rebeldes del dios neón, Hsiao Kang, el joven protagonista, tiene un espíritu de rebelión. Y después, en los últimos años, me he encontrado con un tema que tiene que ver con los personajes de la religión, con Xuanzang, un monje más madur. Su manera de pensar es muy radical. Él se fue a buscar el Sutra para ayudar a la gente a comprender la vida y eso también implica mucha soledad.
Bueno, esa búsqueda del monje y ese ritmo, también lo hacen rebelde de algún modo, ¿no?
Sí, claro no está controlado por nadie. Vive a su manera. No le importa cómo le miran.

El director Tsai Ming-liang

El director Tsai Ming-liang CLAUDE WANG FILMOTECA DE CATALUNYA

Teniendo en cuenta que su cine también es muy reposado, silencioso, sin grandes escenas de acción, ¿usted también se siente un cineasta rebelde dentro de la industria del cine?
Bueno, digamos que mis películas hablan más del proceso, de las sensaciones de la historia, no de cómo se teje, por eso trato de grabar algunas sensaciones que se generan. Para ello uso una cámara más fija, para observar a los personajes que voy a grabar. Por eso en mis películas no hay diálogos, me interesan más las sensaciones que se despiertan o se captan en los planos.
Pero antes no sólo ponía diálogos en sus películas, sino que en algunas incluso la música expresa las sensaciones de los personajes, como es el caso de ‘El sabor de la sandía’.
En realidad, ni en esas películas hay muchos diálogos. Sí, es verdad que en esta que mencionas uso el musical pero de nuevo, no para contar una historia, sino para hablar de algo más íntimo e incluso emocional.
Y con humor. Porque sus películas tienen siempre un momento en el que el humor está presente, incluso en la serie de The Walker. ¿Qué papel cree que juega el humor en su obra?
Bueno, yo tomo cosas de la realidad y la vida está llena de bastante sentido de humor. Es interesante.
Tsai Ming-liang y el actor Lee Kang-sheng

Tsai Ming-liang y el actor Lee Kang-sheng JOAN COLÁS

¿De allí también que al principio de su carrera hablara también del sexo y la homosexualidad? Algo que ahora ha dejado al margen, por otro lado.
Es así porque el sexo también ha sido importante en esos primeros años de mi carrera, porque quise reflejar este punto también de la vida. Si lo he dejado más al margen es porque ya lo he tratado y también porque estoy en otra edad. Ya no es lo que me llama la atención o no es la parte de la vida que me interesa retratar, no me interesa contar lo mismo siempre.
Curioso que diga eso, porque hay quien le acusa con The Walker, de llevar años contando lo mismo o haciendo lo mismo.
La serie de los monjes no se repite. Cada película del monje es distinta y pasan muchas cosas distintas viendo el mundo que le rodea. Tal vez quien lo ve repetitivo es porque lo mira de manera superficial.
En cualquier caso, parece un gesto político, por reivindicar esa mirada reposada del mundo.
No sé, en realidad, soy bastante simple. Ni siquiera busco crear muchos escenarios ni muchas emociones. Solo quiero observar el mundo. Piensa que ya tengo más de 70 años, así que no me quedan muchas oportunidades para mirar el mundo. Así que voy a mirar el mundo sin prejuicios.
Lo que hago es introducir en este mundo que avanza muy rápido un elemento que va muy lento para recordar que se puede parar un poco y dedicar un tiempo a la reflexión.
El cineasta Tsai Ming-liang

El cineasta Tsai Ming-liang FILMOTECA DE CATALUNYA

Bueno, esto que dice, en sí mismo, ya es un gesto político, casi un manifiesto o una postura desde la que se enfrenta al mundo, ¿no?
¡Ah! Sí, claro, eso sí. Pero no una postura política, simplemente quiero dar a los espectadores una oportunidad de reflexionar qué van a hacer con la vida y cómo van a mirarla y enfrentarla.
¿De allí que apueste porque el espectador sólo mire? Porque su última ficción, ‘Rizi (Days)’, ni siquiera tiene subtítulos. ¿Es una invitación a sentarse al cine y mirar, incluso en las ficciones?
Yo no distingo mis películas entre ficciones o documentales, lo que sí creo que si la imagen habla lo suficiente no hace falta subtítulos. Además, en el mundo en el que vivimos hay muchas cosas que ni siquiera lo comprendemos y tampoco hace falta que le busquemos una explicación. Entonces, ¿para qué dar subtítulos?
En cualquier caso, a pesar de que el cine es audiovisual, ¿cree que el lenguaje cinematográfico debería volver apostar más a lo visual, como en la época del cine mudo que se buscaba una gramática del cine, una manera de contar el mundo sólo con imágenes?
No sé si tanto, pero sí quiero mostrar la forma del mundo y de la vida a través de la imagen. Lo que busco es tratar de entenderlos, no hallar una respuesta.