
Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana (ERC)
El último ‘round’ de Junqueras: afianzar su poder en las federaciones de ERC, con Barcelona como punto crítico
Los militantes republicanos votan este sábado la nueva Federación de Barcelona, la más numerosa del partido y la que tiene más críticos
Las elecciones servirán para medir el pulso y la fuerza de los 'junqueristas' y 'antijunqueristas'
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Oriol Junqueras todavía debe superar algunos obstáculos para afianzar su poder en la carrera para recuperar el control de Esquerra Republicana (ERC). Superó el más importante en diciembre, cuando recuperó la presidencia del partido. Pero ahora debe lograr el control territorial de ERC con las federaciones en las que se dividen los republicanos.
Este sábado se celebran las elecciones a la Federación de Barcelona, la más numerosa de la formación secesionista –con cerca de 1.000 militantes–, y donde imperan los críticos hacia Junqueras. La capital catalana es el tablero donde los antijunqueristas pueden disputarse una cuota de poder.
Consenso en otras federaciones
En otras regionales como Lleida, Terres de l’Ebre y el Vallès Occidental todo está más tranquilo, como aseguran fuentes de ERC. Incluso en Girona, Junqueras ha optado por pactar listas de consenso, evitando entrar en disputas internas.
En esta demarcación se presentó una sola candidatura encabezada por Pau Presas y Laia Cañigueral, ambos vinculados a la corriente crítica conocida como Nova Esquerra Nacional. Aún así, dentro de esa lista también se integran figuras afines a Junqueras, lo que garantiza una convivencia sin choques.

Oriol Junqueras, presidente de ERC, y Elisenda Alamany, secretaria general, en el congreso
Este modelo podría repetirse en otras zonas como el Camp de Tarragona y la Cataluña Central, donde los sectores críticos también han logrado posicionarse.
Barcelona, epicentro del conflicto
Así las cosas, Barcelona es el punto más convulso. Se presentan dos candidaturas: la de Eva Baró, actual presidenta de la Federación y partidaria de Junqueras; y Creu Camacho, de la candidatura de los críticos bautizada como Dignitat Republicana.
Camacho consiguió 263 avales, necesarios para concurrir a la votación interna de este sábado, mientras que Baró reunió más de 300. A pesar de que parten con desventaja, las elecciones servirán para medir el pulso y la fuerza de los junqueristas y antijunqueristas.
"Estamos muy contentos y agradecidos por el apoyo recibido. Los 263 avales son una muestra clara de que somos un partido vivo y que la necesidad de renovación es imperiosa", afirmó Camacho.
La candidata subrayó que la cifra de avales reunidos les consolida "como la alternativa con fuerza" para liderar ERC Barcelona. "Tenemos proyecto, tenemos equipo, tenemos ilusión y tenemos la fuerza de la militancia. Queremos convertir la fuerza de estos avales en un resultado que marque el inicio de una nueva etapa" agregó Miquel Colomé, candidato a secretario general.
Acabar con "las peleas"
A su vez, Baró, que parte como favorita en las elecciones, quiere acabar con “las peleas y la confrontación gratuita”.
"Lamentablemente, estas elecciones a veces parecen el tercer 'round' del congreso nacional. Y esto nos diferencia mucho de la otra candidatura: nos gusta hablar del modelo de ciudad, de cómo fortalecer el partido y de cómo ser influyentes. Estamos cansados de que la otra candidatura insista permanentemente en algo que ya ha terminado, y con lo que hemos estado 10 meses", afirmó en una entrevista en El Periódico.
Entrada en el gobierno de Collboni
La pugna entre las dos candidaturas ha reabierto el debate sobre la entrada en el gobierno de Jaume Collboni. Una decisión que se debía de tomar en el congreso fallido del pasado junio.
Respecto al preacuerdo con el PSC, la candidatura oficialista de Baró propone celebrar una asamblea antes del verano para explicar los términos del pacto y abrir un debate entre las bases. Si de este encuentro surge una mayoría favorable a entrar en el gobierno municipal, se convocaría una votación formal para ratificar la decisión.

Jaume Collboni y Elisenda Alamany en el Ayuntamiento de Barcelona
Desde el sector crítico, sin embargo, se reclama un giro profundo en la estrategia del partido. Consideran que ERC ha perdido rumbo político y advierten de una desconexión creciente entre la dirección y la militancia, especialmente tras el congreso fallido de Barcelona o el respaldo a la investidura de Salvador Illa.
Críticas a la acumulación de cargos
Critican también la acumulación de cargos entre los dirigentes, tanto a nivel orgánico como institucional, algo que, en su opinión, debilita el funcionamiento democrático del partido. Por ello, abogan por separar los cargos institucionales de los orgánicos, como ya propusieron anteriormente frente a Junqueras.
Dignitat Republicana también promete convocar una consulta antes del verano para que las bases se pronuncien de forma clara sobre una posible entrada en el gobierno de Collboni.
División en el grupo municipal
La disputa ha fracturado al grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona. Eva Baró cuenta con el respaldo de figuras como el de la secretaria general del partido y líder de los republicanos en el consistorio, Elisenda Alamany, y del concejal Jordi Coronas. Del lado de Camacho se sitúan Jordi Castellana y Rosa Suriñach, quien ocupa un puesto destacado en la candidatura.
Desde la sede nacional del partido, en la calle Calàbria, la dirección ha optado por mantenerse al margen del debate, insistiendo en que será la militancia barcelonesa quien tenga la última palabra sobre cualquier pacto de gobierno.