La economía catalana crece más que la española y la europea gracias al turismo, la inmigración y la productividad

En un contexto de ralentización económica en Europa, la economía catalana creció un 3,6% en 2024 según la Memoria Económica de Cataluña presentada este jueves en la Llotja de Mar de Barcelona por las Cámaras de Comercio y los distintos expertos que han elaborado el informe, el sexagésimo anual de forma ininterrumpida.

El acto ha contado con la presencia de importantes empresarios y directivos como Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, y representantes públicos como el presidente del Parlament Josep Rull, el conseller de Empresa Miquel Sàmper y el presidente de la Generalitat Salvador Illa. Ha sido el encargado de concluir el mismo, y lo ha hecho con un mensaje optimista sobre el estado de la región, reivindicando la "estabilidad y las infraestructuras competitivas necesarias" para favorecer la economía y el compromiso de su Govern con "seguir generando prosperidad para poder compartirla", algo que no se cansa de repetir.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa

Según explica el informe, elaborado y presentado en el acto por distintos expertos tanto de las distintas cámaras como de otros ámbitos profesionales y académicos, el crecimiento de la economía catalana es cuatro veces superior al de la zona euro (0,9%). Consolida, así pues, una tendencia al alza del Producto Interior Bruto (PIB) catalán, que en este tiempo ha aumentado un 9,7%, frente al 8% español y el 5,8% de la eurozona.

Las causas de este dinamismo, asimismo, serían la mejora de la productividad, el incremento de la ocupación y la buena salud de sectores estratégicos como el turismo, entre otros indicadores analizados y estudiados durante los últimos meses que han permitido concluir a los ponentes de esta Memoria Económica que la economía catalana --y también la española-- marcha correctamente.

El papel de la inmigración en la creación de empleo

Uno de los factores clave ha sido, concretamente, el papel de la inmigración en la creación de empleo. Cataluña ha registrado un máximo histórico de 3,8 millones de ocupados en 2024, creando 92.600 nuevos puestos de trabajo en un solo año. De estos, un 85,5% han sido ejercidos por extranjeros, lo que eleva su participación al 29% del total de ocupados --frente al 22% en España y el 17% en la zona euro--, siendo el comercio, el transporte y la hostelería sus principales sectores.

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El turismo internacional también ha tenido un impacto decisivo. En 2024, Cataluña ha batido récords con un 65% de turistas extranjeros alojados en hoteles, el porcentaje más alto jamás registrado, mientras que el turismo doméstico ha retrocedido. Además, la demanda se ha desplazado hacia una oferta de mayor calidad: el 56% de los turistas se hospedaron en hoteles de 4 y 5 estrellas, marcando otro récord. Esta evolución ha dinamizado especialmente zonas como Barcelona y la Costa Brava, según se ha expuesto en la ponencia de los distintos académicos.

Aumento de las exportaciones y la producción industrial

Otro de los motores del crecimiento ha sido la resiliencia de las exportaciones y de la industria catalana. Las exportaciones han aumentado su cuota dentro de la zona euro hasta alcanzar el 1,9% en 2024, y la producción industrial ha crecido un 9,1% entre 2023 y 2024, mientras que en el conjunto de la UE ha retrocedido un 1,7%. En paralelo, la productividad por hora trabajada ha crecido más de un 2% entre 2021 y 2024 en Cataluña y España, frente a una caída del 1,2% en la eurozona.

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Retos y puntos débiles de la economía catalana

Pese a estos avances, la mejora salarial, por ejemplo, ha sido modesta. El salario real en Cataluña solo ha aumentado un 0,5% entre 2019 y 2024, y se mantiene prácticamente estancado pese a las diferencias entre sectores: las TIC han experimentado un incremento del 5,1%, mientras que sectores como la cultura (-4,4%), la construcción (-2%) y el turismo (-1,1%) han sufrido caídas.

De cara al futuro, los retos que se plantean se centran en seguir mejorando la productividad mediante el crecimiento empresarial --solo el 11,5% de las empresas catalanas tiene más de 10 empleados--, aumentar la inversión productiva (actualmente en mínimos históricos, un 9,3% del PIB) y consolidar la inversión en I+D, que ha crecido un 60% en tres años pero aún está por debajo de la media europea (1,17% del PIB en Cataluña frente al 1,52% en la UE).