
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP y líder de la oposición, en la reunión del Cercle ayer
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Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP y líder de la oposición en España, creó expectación en la 40ª reunión anual del Cercle d'Economia en Barcelona. Del político de centroderecha se esperaba ayer que se posicionara sobre la oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA sobre el Banco Sabadell, el tema que ha dominado las jornadas económicas.
Pero apenas lo hizo. Pasó de puntillas por el asunto, defendiendo una vaga "competencia bancaria". Sí le dio tiempo, en cambio, para criticar la "frivolidad" que, a su juicio, es la consulta pública abierta por el Gobierno sobre la operación.
Su tibieza dejó frío al empresariado catalán, que esperaba que Feijóo tomara una postura más clara sobre la OPA. No en vano, el partido que preside, el PP, se ha mostrado contrario a la integración esgrimiendo el argumento de la citada competencia bancaria.
El líder popular, en cambio, se detuvo en el Gobierno -y su consulta- para verter todo tipo de críticas. Es legítimo, acaso esperable, por parte del líder de la oposición política. Eso sí, los asistentes a la reunión anual del Cercle, empresarios de primer nivel, se mostraron en privado molestos por el tono agresivo mostrado por el también expresidente de la Xunta de Galicia.
Feijóo llegó a Barcelona, habló, y no convenció. Demostró tener en la chistera menos recursos que los de su competidor político, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, que el día anterior se había ganado a los asistentes con el anuncio inesperado de que sometería la OPA de BBVA al Sabadell a una inédita consulta pública.
El Cercle d'Economía debería ser una plaza relativamente fácil en la que torear para el dirigente de un partido centrista. Pero el popular no amplió complicidades, sino que salió al ataque contra su rival político. Fue una táctica que desconcertó, pues el respetable esperaba otros mensajes. No llegaron.