Diferentes panes del 'Forn Anglada'

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Gastronomía

No lo sabías: la histórica panadería de Barcelona con más de 150 años de historia que mantiene la misma ubicación y estructura

Un horno que data del año 1875, que recuerda a las elaboraciones tradicionales de una tradicional tahona

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El pan de las panaderías tradicionales despierta en muchos de nosotros una profunda nostalgia. No se trata solo de un alimento, sino de una experiencia sensorial que evoca recuerdos de infancia, desayunos en familia y paseos por el barrio. El aroma inconfundible del pan recién horneado, la corteza crujiente y la miga esponjosa son características que distinguen al pan artesanal del industrial. Este se elabora con ingredientes sencillos como: harina, agua, sal y, en muchos casos, masa madre, sin aditivos ni conservantes. El proceso de fermentación lenta y el amasado manual permiten desarrollar sabores y texturas que el pan de ahora, producido en masa, no puede igualar.​

La panadería de 150 años

Han pasado ya 150 años desde que se abrieran las puertas del Forn Anglada 'Cal Forner' de Ullastrell, Barcelona. Hoy en día, trabajan en este obrador la quinta y la sexta generación, la Sra. Magda Anglada y sus hijos, descendientes de aquellos que empezaron el negocio. El horno de leña conserva la misma ubicación y estructura que el horno original y solo ha sufrido las modificaciones puntuales que ha requerido su mantenimiento y adaptación a los tiempos actuales.

Aparte del horno, también fue una tienda de grandes, pero enseguida se convirtió en una tienda de víveres, tal como recoge la crónica aparecida en 1892 en la revista “El Adelanto”.

Siguiendo el curso de la historia, la casa de Cal Forner ha ido pasando por diferentes vicisitudes. Por ejemplo, durante la construcción de la carretera, que se inauguró el 1893, aparte de horno, también fue fonda, alojando buena parte de los trabajadores a la obra. A partir del 1904, obtuvo la concesión del estanco de tabacos y timbres, que aún continúa vigente.

Entre los episodios destacados, el enero de 1939, en plena retirada de la Guerra Civil, Josep Anglada Sucarrats decidió quedarse para custodiar una hornada de pan, que finalmente le fue requisada. En los años cincuenta, la casa incluso albergó un pequeño taller de reparación de bicicletas y motocicletas, que fue impulsado por el marido de la hija grande de la familia.

Por sus cincuenta años de actividad ininterrumpida, la Cámara de Comercio de Terrassa reconocido y felicitó el Forn Anglada "Cal Forner".