
David Bote Paz Barcelona
David Bote, sobre los últimos disturbios en Mataró: "Hay partidos que han alentado la violencia"
El alcalde recibe a Crónica Global tras unas semanas muy tensas en la capital del Maresme, con incidentes derivados del fenómeno de la okupación
Pone a Lamine Yamal como referente de integración: "Dice con orgullo que es de Rocafonda, de Mataró"
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David Bote Paz (1982, Barcelona) está al frente de Mataró desde 2015. Gobierna una de las ciudades más difíciles de Cataluña. Una de las más mencionadas a la hora de hablar de delincuencia, de okupación o de los problemas que, a veces, genera la inmigración. El dirigente socialista ha recibido en el consistorio de la capital del Maresme a Crónica Global tras unas semanas muy tensas, con enfrentamientos entre menores y policías, detenciones, e incluso una agresión a un adolescente fuera de un instituto.
Pero Mataró es mucho más que eso. Es una ciudad costera con un gobierno estable, con la ambición de mejorar y seguir creciendo, con proyectos en el horizonte y con un nombre que no deja de sonar en ninguna conversación: Lamine Yamal. Sin aún haber cumplido la mayoría de edad, no es solo considerado uno de los mejores futbolistas del mundo: también es un símbolo de integración en la Mataró que hoy lidera Bote con una mentalidad cartesiana, propia de un doctor en Física y especialista en Física Nuclear.
- Se acerca a la mitad de la legislatura.
- Sabes que hemos tenido algunas dificultades. Nunca lo he escondido. Pero, al mismo tiempo, también estamos inmersos en muchos procesos de transformación. Algunos de ellos están muy vinculados al día a día. Estamos ya trabajando, por ejemplo, en un nuevo contrato de limpieza con más servicios. Con muchas mejoras, para corregir algunos elementos que no nos acaban de gustar cómo están yendo. A pesar de que, con el último plan, hemos notado una mejora sensible.
- ¿Se siente orgulloso de los cambios de la ciudad?
- Llevamos más de 10 años, al menos desde que yo soy alcalde, hablando de las necesidades de contar con más espacio en el Hospital de Mataró y ya estamos en la fase de redacción de proyectos. Además, puedo mencionar la ampliación de los juzgados, el parque de economía circular, la ampliación del TecnoCampus... Son grandes proyectos que preparan la ciudad para lo que tiene que venir, y para garantizar que podamos vivir con calidad, que Mataró siga siendo amable, y que haya una actividad económica para que la gente se pueda ganar la vida.
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Además del Hospital de Mataró, ¿cuál es el proyecto más ilusionante que tiene ahora mismo encima de la mesa?
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Para mí la ampliación del hospital es muy simbólica, muy significativa y muy emotiva. Pero hay otros proyectos que me hacen mucha ilusión. En primer lugar, el TecnoCampus, que a día de hoy tiene un retorno mínimo de cuatro euros por cada euro invertido, con 4.000 estudiantes y más de un centenar de empresas. Durante mucho tiempo, mientras estaba en obras, la gente le llamaba el tecno humo. El tecno fum. Hay otros planes que están en esa fase embrionaria, pero que igualmente tienen que acabar convirtiéndose en grandes proyectos de ciudad, como el Mataró Cuida, que aborda el reto del envejecimiento
- Otro reto es el cambio de la economía productiva.
- Mataró ha vivido históricamente del textil y hoy ha diversificado su oferta económica en el ámbito de los servicios, la universidad, el turismo y aún mantiene pujanza en la industria. Queremos hacer lo mismo que antaño, pero con menos, para ser más competitivos
- Acaba de participar en una jornada sobre los retos de la inteligencia artificial del TecnoCampus. ¿Por qué la IA es importante para un Ayuntamiento como el de Mataró?
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En la jornada señalé un doble objetivo. Uno era que la administración no quedara al margen de la inteligencia artificial. Hay un ejemplo muy gráfico: cuando tú te vas a comunicar con la administración, ésta prácticamente te lo da todo hecho. Y hay otras veces en las que parece que ésta no sepa ni el nombre de la persona con la que está hablando. La inteligencia artificial puede ser una herramienta para mejorar muchos de los servicios municipales y ya tenemos algunas pruebas piloto.
Pero también sabemos que es un cambio total a nivel cultural, económico y social. Por lo tanto, como sociedad y como ciudad nos tenemos que preparar. Jornadas como las del otro día, o alguno de los programas que tenemos en marcha, también tienen el objetivo de hacer que el ejercicio de los derechos de los ciudadanos sea consistente con las transformaciones que están en marcha. Y que cada uno pueda ejercer plenamente su ciudadanía también en el ámbito digital y tecnológico.

David Bote, durante la entrevista Barcelona
- Hay otras noticias no tan positivas, como los disturbios en el barrio de Cerdanyola durante las noches de hace unas semanas.
- Es una pregunta interesante y hay que contestarla con algunas frases contundentes. En primer lugar quiero decir que hay que hablar de esto. No hemos esquivado nunca el debate y mucho menos la acción. Mucho antes de que estos temas estuvieran en boca de todos, nosotros ya estábamos ocupándonos de aquellas cuestiones en materia de seguridad y convivencia que nos preocupaban. Por ejemplo, las okupaciones. Fuimos la primera policía local con una unidad dedicada exclusivamente a los okupas. Quiero hablar de esto, porque cualquier cosa que le preocupe a los ciudadanos, no solo me preocupa, sino que también me ocupo de ella.
- ¿Le preocupa la imagen que da a la ciudad?
- Aquí hay dos componentes. Cosas que suceden y son innegables, que no hemos discutido y que nos ocupamos de ellas. Y, por otro lado, gente que está utilizando esas circunstancias para su beneficio personal. Hay algunas fuerzas políticas que viven del no futuro. De la ausencia de esperanza.
- ¿Se refiere a Vox? Este martes participaron en una manifestación precisamente en el barrio de Cerdanyola.
- Me refiero a cualquiera que quiera coger un problema y utilizarlo para su beneficio personal, contribuyendo más a agravarlo que a solucionarlo. Y no solo a las fuerzas de ultraderecha, sino también a algunas personas que sabemos que han alentado o justificado o banalizado la violencia. Tan deplorable me parece una cosa como la otra. Hacen circular ciertos mensajes con demasiada facilidad. Incluso sabemos, a ciencia cierta, que en Mataró ha pasado igual que en otros países o ciudades: hay perfiles falsos, bots y desinformación. Yo no tengo ningún problema en explicarle a cualquier persona con nombre y apellido por qué he tardado más o menos en hacer una cosa y en arreglarla, pero no quiero contestar a una persona anónima, cuya IP viene de Trinidad y Tobago, sobre qué está pasando en Mataró... Eso, al final, acaba teniendo un impacto negativo a nivel social y económico en el conjunto de la ciudad.
- ¿La policía actuó bien durante los incidentes?
- La situación requería contundencia. Con una presencia continuada y constante en el barrio, los jovenes entendieron que la ley está para cumplirla. Pero también hay que empezar a señalar a algunas personas, que ni mentir, ni difamar, ni menoscabar, ni restar valor ni a las instituciones ni a la propia ciudad, contribuye a solucionar el problema. Al contrario, lo hace más grande. En resumen, yo no voy a trabajar menos. Pero algunos deberían sumar más.
- Otro incidente que ha habido, y al cual usted ha hecho mención en sus redes sociales, es la agresión a un adolescente frente a la escuela La Llàntia. ¿Cómo se soluciona tanta violencia?
- Mi receta, lo que yo creo que hay que hacer, es poner límites. Los tiene que poner la autoridad, como en cualquier proceso con personas jóvenes o con cualquier ciudadano. Hay unos límites, hay cosas que se pueden hacer y cosas que no. Luego, al mismo tiempo, hay que generar unas condiciones o una determinada cultura, en la cual los referentes y los valores de los jóvenes sean la convivencia y los valores democráticos, aquellos que nos han permitido organizarnos para progresar como sociedad.
- Hay quien dice que la sociedad involuciona.
- Hay pruebas evidentes de que nuestra sociedad ha avanzado: la jornada laboral se ha reducido, la esperanza de vida se ha incrementado. Hay muchos indicadores que dicen que, en términos generales, nuestra ciudad vive mejor que hace un tiempo. Esto no quiere decir que no haya retos que resolver o situaciones que atender. O que para que eso siga siendo así no haya que tomar determinadas acciones. Para eso está la política: para ir corrigiendo el rumbo y garantizar que las cosas no vayan a peor sino a mejor. En ese contexto, hablar de vivienda, hablar del fracaso escolar, o hablar de la cohesión social es también fundamental. Pero sin olvidar que, en una sociedad, quien decide vivir en un grupo, en un colectivo, tiene que asumir que hay unos determinados límites. Unas determinadas normas que son las que regulan nuestra convivencia
- Según cifras del Ministerio del Interior, de 2023 a 2024 ha aumentado un 5% la cantidad de delitos cometidos en Mataró. ¿Es este tema su mayor asignatura pendiente hasta ahora?
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Las últimas cifras nos favorecen en algunas cosas y en otras no. Este miércoles, por ejemplo, he coincidido en un acto con varios policías, y uno de ellos es uno de los pioneros en los patrullajes conjuntos en motocicleta que hemos hecho con Mossos de Esquadra. Es una actuación con la que estamos mejorando. Y no nos vamos a relajar. Con esto quiero decirte que nosotros tenemos un plan. Consiste en la presión policial, en combatir los hurtos y los tirones, en mejorar todos aquellos delitos en el ámbito del espacio público, en generar y reforzar los medios de la policía, en continuar luchando contra las okupaciones.
Antes me has preguntado por la inteligencia artificial. Sabemos que cada vez hay más personas, no solo de Mataró, sino en términos generales, que sufren estafas en el espacio virtual. Hay gente que cede sus datos involuntariamente, o a la que le roban la tarjeta. Todo eso es parte de nuestra política para corregir y mejorar. Teniendo en cuenta que algunos aspectos ya han mejorado, y hay otros que queremos que mejoren. Y que en cualquiera de los casos, como queremos que sigan bajando, seguiremos actuando.

David Bote, en el Ayuntamiento de Mataró Barcelona
- ¿Qué es lo que más le gusta de su Mataró?
- Nadie se imagina un alcalde al que no le guste su ciudad, ¿no? Además de gustarme, lo hago convencido, porque la he conocido mucho. Una de las cosas que me reconocen más es la proximidad con la que he ejercido la alcaldía durante estos diez años. Y conozco muchas cosas que me parecen fascinantes y dignas de mención. Algunas son del espacio público: nuestra playa es inmejorable, me gusta el centro, los puntos de encuentro de alguno de los barrios donde hay un espíritu de comunidad que me fascina. Y todo el mundo lo sabe, porque me ven y voy muy a menudo. La relación entre las personas, que todo el mundo se conoce, cómo se ayudan entre ellos. Todo nuestro espacio natural es brutal. Es una ciudad que tiene muchos atractivos. Hay mucho talento, hay grandes empresas, hay grandes artistas, hay un futbolista. Uno y más de uno. Porque Mataró, a nivel deportivo, es una ciudad excelente.
- ¿Y lo que menos?
- Tenemos un reto en seguir mejorando la convivencia, y en fortalecer el orgullo. Creo que algunas personas han conseguido ese objetivo de generar esa toxicidad. Cuando rascas un poquito, la gente dice "me gusta hacer esto", "y yo disfruto cuando voy a lo otro". Si sumas todo eso y lo pones en la balanza, creo que hay que modular ese espíritu que a veces es demasiado autocrítico. La realidad se transforma desde la esperanza.
- ¿Qué es lo que más le ha gustado durante estos diez años de mandato, y qué le gustaría mejorar de cara al futuro?
- Soy muy exigente. Yo hablo de proyectos. Estoy seguro que hay algunos proyectos que te he señalado que han encontrado algunas dificultades, y me gustaría seguir haciéndolos avanzar. Hay unas líneas de trabajo claro: la transformación del frente marítimo, la ciudad del conocimiento, la ciudad cuidadora, la revisión del plan general. Hay algunos proyectos que han quedado un poco más atrás y que tenemos que acelerar, como la ley de barrios.
- ¿En qué es referente Mataró?
- Es una ciudad que ahora tiene cuatro o cinco proyectos que otros municipios vienen a ver. Porque quieren imitarlos. En el ámbito de los cuidados, en la transformación del tejido comercial, en la atención ciudadana, o en la organización. El otro día, me escribió una alcaldesa para decir "oye, vosotros que sois los mejores habiendo hecho desalojos por la vía administrativa, ¿cómo habéis armado los expedientes? ¿Con qué persona puedo hablar para ver cómo lo podemos hacer? Porque tengo una finca que tiene un riesgo y queremos saber cómo lo habéis hecho vosotros, que habéis desalojado muchas fincas por este motivo y combatido a los okupas". Estoy seguro que hemos hecho mucho. Y estoy seguro que nos queda mucho por hacer. El proceso tiene que ser continuo. De mucha exigencia, y mucha ambición.
- ¿Cómo se imagina que será la ciudad de Mataró en diez años?
- Me imagino que todas las semillas que hemos plantado hacen crecer grandes árboles. De una ciudad equilibrada en el territorio, con un parque de vivienda mucho más rehabilitado, regenerado, modernizado, que permita ofrecer amabilidad, dignidad y calidad. Y también más transversal: imagino que los proyectos de transformación del espacio público tanto de mejora como de transformación han fructificado y tenemos una ciudad más verde desde el punto de vista del espacio público, más amable para el conjunto de los ciudadanos. Si pienso a futuro también imagino que el proyecto de Ciudad Cuidadora ha crecido y somos ejemplares y conocidos por cómo organizamos nuestra última etapa vital, garantizando la calidad de vida. Que nuestros proyectos educativos han conseguido que la formación de las personas de Mataró les permita ser competitivos en el mercado de trabajo, y por lo tanto ganarse bien la vida. Y que al mismo tiempo se sientan orgullosos de su ciudad y no se quieran ir a otro sitio.
- Que hemos generado una comunidad de profesionales, de trabajadores, con instituciones fuertes y modernas, como el TecnoCampus, el Ayuntamiento, el Hospital, los espacios de cuidados o de educación o las grandes empresas. Y que todo eso genere una ciudad que, cuando la gente hable de ella, tenga el respeto que se merece.
- Los barrios de Cerdanyola y Rocafonda tienen mucha inmigración, y aunque no todos sus habitantes son conflictivos, algunos no se han integrado. ¿Cómo hacer que sientan orgullo de Mataró?
- De la historia de Lamine, lo que me gusta más no es que sea un gran futbolista, sino que él saque el orgullo de decir que "yo soy de Rocafonda, yo soy de Mataró", y que exhiba la bandera. Por otra parte, cada día vemos a la persona que ha cometido un delito, a la persona que ha generado un altercado... Pero no vemos a la persona que se ha graduado en enfermería, ni a la que ha abierto un negocio, ni a la que ahora es educadora social, ni a la que se ha convertido en maestra. Ese es un proceso social lento. Pongo el ejemplo de mi hermano. Yo tengo 43 años, y él tiene cinco más que yo. Del nivel al que iba mi hermano, solo dos personas tuvieron formación universitaria. Dos de 60 o 70 personas. Siempre hemos sabido que los procesos son difíciles. El ascensor social ha requerido políticas públicas, inversión, atención, acción para compensar las desigualdades.
- ¿Lamine ya es un símbolo de Mataró?
- Lamine nos recuerda que mi hija ya ha tenido una educadora que se llama Fátima. Que mi madre ya tuvo un enfermero que se llamaba Ibrahim. Al final, el mundo acaba en cómo lo vemos. Si solo vemos lo malo, acabaremos en lo malo. Ya lo decía Wittgenstein: los límites del lenguaje son los límites de mi mundo. Y lo que me gusta más es que enseña otra cara y dice "el camino es ese". Sin olvidar lo que he dicho al principio. Que una sociedad se basa en los límites, y que hay que ser claro y contundente en que nuestra sociedad funciona cuando nosotros respetamos las normas con las cuales hemos decidido gobernarnos.
- ¿Es usted futbolero?
- Soy del Betis.
- ¿Qué le transmite Lamine Yamal cada vez que lo ve jugar? No solo a nivel personal, como hablábamos antes, sino también como futbolista puramente.
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No solo el talento deportivo configura a un futbolista de éxito, sino la actitud, un método de trabajo, una capacidad y esfuerzo. Y la calma que transmite Lamine. Creo que tiene una profundidad que va mucho más allá de lo que a veces se puede aparentar. Y creo que eso es también un buen mensaje para la gente. No solo se trata de ser bueno, luego hay que entrenar, trabajar, esforzarse, creer y luchar. Y Lamine, por las veces que he podido ver documentales suyos más personales, al menos intuitivamente y desde fuera, parece que la tiene.
- ¿Se identifica de alguna manera con él?
- Es que yo jugaba de portero. Mi visión y mi manera de afrontar las cosas siempre han sido otras. Yo organizaba desde atrás siempre.