
El Faro visto desde el Castillo del Papa Luna en Peñíscola
Ni Oropesa ni Sitges: el pueblo más bonito de España está a poco más de una hora de Tarragona
El precioso municipio, ideal para una escapada, con una imponente fortificación a los pies de la playa
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El verano es la época perfecta para escaparnos a los encantadores pueblos costeros de España, donde el ritmo pausado y la brisa marina nos invitan a desconectar de la rutina. Estos destinos ofrecen una combinación única de playas de aguas cristalinas, calles empedradas y una rica tradición cultural que se refleja en su arquitectura y su gastronomía.
Además de relajarnos bajo el sol, estos municipios nos brindan la oportunidad de sumergirnos en festivales locales, degustar platos típicos en chiringuitos frente al mar y explorar paisajes naturales que combinan montaña y litoral. Ya sea paseando por el casco antiguo de Cadaqués o disfrutando de una cena al atardecer en Calella de Palafrugell, cada experiencia se convierte en un recuerdo imborrable que nos hace anhelar el regreso a la época estival y a estos paraísos costeros.
El pueblo más bonito, según National Geographic
National Geographic ha destacado a Peñíscola, en la provincia de Castellón, como uno de los destinos costeros más atractivos de España para este verano. Este reconocimiento se debe a su combinación única de historia, arquitectura medieval y playas urbanas de gran belleza. La Playa Norte, en particular, ha sido elogiada por su calidad y por ofrecer vistas impresionantes del castillo templario del Papa Luna, una fortaleza del siglo XIV que se alza sobre un peñón frente al mar.
Además de sus playas, Peñíscola cautiva por su casco antiguo, caracterizado por calles empedradas y elementos arquitectónicos que conservan el aire medieval. Entradas como el Portal Fosc, que fue la única vía de acceso terrestre hasta el siglo XVIII, permiten a los visitantes sumergirse en la historia del lugar. Este equilibrio entre patrimonio cultural y entorno natural convierte a Peñíscola en un destino ideal para quienes buscan disfrutar de la costa mediterránea sin renunciar a la riqueza histórica y cultural.
Qué ver en Peñíscola
Sin duda, uno de los mayores atractivos de Peñíscola es el Castillo del Papa Luna, una imponente fortaleza construida por los templarios entre 1294 y 1307 sobre una antigua alcazaba árabe. Este castillo, de estilo románico y con una estructura sobria, se alza a 64 metros sobre el nivel del mar y cuenta con un perímetro de, aproximadamente, 230 metros. Su historia está estrechamente ligada a Pedro Martínez de Luna, conocido como el Papa Luna o Benedicto XIII, quien estableció allí su sede pontificia durante el Cisma de Occidente en el siglo XV. El castillo fue transformado en palacio y biblioteca pontificia, y en él se conservan estancias como la basílica papal, el salón del trono y las habitaciones pontificias.

Castillo del Papa Luna
A los pies del castillo se encuentra el Parque de Artillería, un espacio que combina jardines con estructuras militares como cañones y pasadizos subterráneos. Este parque, que formó parte de las defensas modernizadas en el siglo XVI, ofrece una experiencia única al mezclar naturaleza con historia militar. El casco antiguo de Peñíscola, rodeado por murallas renacentistas, invita a perderse y descubrir lugares como el Bufador, una grieta en la roca por donde el mar "respira" en días de oleaje.
Además, la ciudad cuenta con otros puntos de interés como la Casa de las Petxines, decorada con conchas marinas; las iglesias de Santa María y Nuestra Señora de la Ermitana, esta última de estilo barroco valenciano y adosada al castillo; el Faro de Peñíscola, que guía a los navegantes desde 1899; y la estatua del Papa Luna, que rinde homenaje a este personaje histórico. Las playas y calas de Peñíscola, junto con la Marjal, un humedal protegido, completan la oferta turística de este encantador destino mediterráneo. ¡Ay Peñíscola, que tendrá!

Letras de Peñíscola con el castillo del Papa Luna de fondo