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Chus Martínez y el 'Divisor' de Lygia Pape

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Chus Martínez (La Coruña, 1972), la conocida curadora y directora de la Art Gender Institute en la HGK/FHNW (universidad artística de Basilea, Suiza) es también este año directora de la bienal de arte de Lubliana, que se celebrará desde el próximo mes de junio hasta octubre en la capital eslovena bajo el título de “El Oráculo: sobre fantasía y libertad”.

El arte, postula la hoja de ruta de la bienal, “presupone la existencia de un pequeño pero significativo espacio en el que ser libres, soñar y exigir libertad y paz. Esta exposición trata sobre este pequeño espacio. Esta bienal afirma que toda manifestación artística y cultural es un oráculo… […] La paz sólo es posible si amamos el mundo en el que vivimos, lo cual hoy día es una tarea bastante difícil. Esta exposición trata de cómo aprender a hacerlo.” 

Bueno, esta idea de Chus Martínez, la idea del arte como oráculo, la abandera desde hace tiempo, pues ya cuando estudiaba en el Bard College de Nueva York, donde la conocí, hace muchos años, me explicó que consideraba los artistas unos adelantados, unos visionarios, capaces de ver lo que vendrá un poco antes que el común de los mortales lo experimente. 

En cuanto a las ideas apuntadas sobre paz, libertad y comunidad en el texto de la Bienal que arriba hemos citado, es muy coherente con ellas la obra que ha elegido cuando le he planteado la pregunta: “Si sólo pudieras tener una obra de arte contemporáneo en casa, o en tu poder, ¿Cuál elegirías? No tardó Chus un minuto en responderme: Divisor de Lygia Pape. 

Chus Martínez

Chus Martínez Linkedin

Ah, es una obra célebre que pudimos ver en el Reina Sofía, en los años noventa, se repitió en el 2017 en el Met de Nueva York, y ahora creo que forma parte de la retrospectiva que le consagra a Pape el museo de Dusseldorf K21 bajo el título de “La piel de TODO”. Pero su primera versión o encarnación se remonta a los sesenta, en Brasil. 

Divisor es una escultura viva que consiste en una multitud de personas desfilando en las calles como si fueran parte de un rally, una demostración, o incluso el desfile de Carnaval de Río. Es un grupo de personas que asoman la cabeza por unos agujeros practicados en una tela blanca -una tela monocromática muy grande- y avanzan por las calles. Naturalmente, cuando se reconstruye para una exposición dentro de un museo, pierde parte de su gracia y su capacidad de maravilla y exaltación. 

Divisor, 1968

Divisor, 1968 Europa Press

“Lo gracioso”, explica Chus Martínez, “es que Brasil y México en aquellos años sesenta estaban a la vanguardia de las ideas sobre lo que es la sociedad y la función del arte en ella. Ella, y otros, no la concebían a la manera, digamos, americana, o europea, del binomio arte-individuo. Es interesante cómo incluye la calle y el gesto extraordinariamente sencillo. Todas las cabezas son distintas y el cuerpo es uno.

La obra es un pulpo gigante, es una continuidad de cuerpos. Los miembros de los seres humanos --piernas, brazos--, son todos parecidos, o más o menos iguales, pero las inteligencias son todas distintas, y así aquí las cabezas asoman de ese cuerpo: mentes diferentes y cuerpo de lo social. La elocuencia de algo tan sencillo me fascina. 

“Además me gusta porque es una obra divertida”, prosigue Chus Martínez, en la que participa el público, que se incorpora, y en realidad es él el que forma la obra de arte. Es todo muy lúdico, no pretencioso o solemne. Los brasileños están acostumbrados al carnaval, a moverse en masas, y ella, Pape, utiliza la referencia de las escuelas de samba para crear una imagen de escuela de samba social… Todas las articulaciones del cuerpo… las elimina para convertirlo en un río, un río que baja por la calle cantando y bailando y formando una unidad.”