El barrio que se proyectó como una zona de lujo y ahora es uno de los más pobres del Maresme, Palafolls

El barrio que se proyectó como una zona de lujo y ahora es uno de los más pobres del Maresme, Palafolls AYUNTAMIENTO DE PALAFOLLS

Historia

El barrio que se proyectó como una zona de lujo y ahora es uno de los más pobres del Maresme: conserva un imponente castillo medieval

Las calles siguen en un estado precario, con iluminación deficiente, servicios intermitentes y ausencia total de equipamientos públicos

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Hay zonas que, con el paso del tiempo, se transforman. Para bien y para mal. Barrios que eran pobres o zonas degradadas que se han convertido en zonas de moda, como el Born de Barcelona, y zonas que empezaron siendo espacios de lujo que han caído en el olvido hasta el punto de ser zonas algo degradadas.

Uno de esos espacios se encuentra en el límite entre Barcelona y la Costa Brava, pero no en primera linea de mar, sino en la zona de la sierra prelitoral de Cataluña, en el Maresme.

Allí hay una urbanización que se construyó en los años 60 y 70, un proyecto con aspiraciones a ser una zona exclusiva y que, con el paso del tiempo, se ha quedado a medio camino. Por no decir, en un mero intento.

Convertida ya en un barrio más de Palafolls, Sant Genís fue concebido como un enclave de segunda residencia o de retiro para jubilados europeos. Lo tenía todo: ofrecía parcelas amplias, entorno natural y tranquilidad a precios razonables

Dónde es

Medio siglo después, la realidad es bien distinta: abandonada por las instituciones y olvidada por el mercado, Sant Genís se ha convertido en una de las zonas más pobres y desconectadas del norte de la provincia de Barcelona. Su historia es a de muchas otras en Cataluña.

El nacimiento de esta urbanización responde a un modelo de urbanismo muy frecuente durante el desarrollismo franquista: la venta de suelo rústico recalificado a precios bajos para atraer compradores con la promesa de un estilo de vida semirrural, saludable y moderno. En su momento, muchos de los compradores fueron emigrantes retornados desde Suiza, Alemania o Francia, que buscaban un hogar en España para su jubilación.

Zona sin (muchos) servicios

El problema fue que el urbanismo no vino acompañado de servicios: no había red de alcantarillado adecuada, el agua era deficiente, las calles estaban sin asfaltar y el transporte era inexistente. Con el tiempo, lo que debía ser un rincón privilegiado se fue degradando. Muchas casas quedaron vacías, sin mantenimiento o directamente a medio construir.

Hoy, la mayoría de las calles, a pesar de estar asfaltadas, siguen en un estado precario, con iluminación deficiente, servicios intermitentes y ausencia total de equipamientos públicos. La desconexión económica de la urbanización respecto al núcleo urbano de Palafolls ha sido constante durante décadas.

Castillo de Palafolls

Castillo de Palafolls TRIPADVISOR

Renta media

La situación socioeconómica de Sant Genís es crítica. Según datos municipales y comarcales, la renta media por hogar en la urbanización se sitúa por debajo de los 13.000 euros anuales, una cifra muy inferior a la media del Maresme, que ronda los 27.000 euros, e incluso de la media catalana. 

En paralelo, la tasa de paro estimada en Sant Genís supera el 28%, más del doble que la media de la comarca. Se trata de un desempleo estructural, no coyuntural, asociado a la falta de oportunidades laborales en el entorno, la escasa cualificación de buena parte de la población y la práctica inexistencia de redes de movilidad que permitan acceder a trabajos en núcleos vecinos como Blanes o Malgrat de Mar. 

Zona bien comunicada

La urbanización actúa como una cápsula social: aislada, desestructurada y sin vías reales de ascenso económico. La consecuencia es una trampa económica local: la vivienda es barata, pero la falta de servicios, transporte y empleo impide que haya una economía activa. Se trata de un claro ejemplo de cómo la exclusión residencial genera exclusión económica.

El caso de Sant Genís contrasta con el resto de Palafolls, un municipio que ha vivido un crecimiento sostenido en los últimos 20 años gracias a su posición entre el Maresme y la Costa Brava. Con industrias ligeras, actividad agrícola residual y buena conexión con la C-32, Palafolls ha sabido mantener un perfil de clase trabajadora estable.

Un castillo con vistas

Sin embargo, el contraste interno es evidente: mientras el núcleo urbano central tiene escuelas, comercio y servicios básicos, Sant Genís ha quedado al margen de cualquier lógica de desarrollo territorial. No hay líneas de bus regulares que lo conecten con Malgrat o Blanes, y la única forma de acceder es en vehículo privado.

El Castillo de Palafolls, una joya medieval, alejada del municipio, desde la que se divisa la llanura de la Tordera y las urbanizaciones dispersas del entorno mira su situación desde lo alto. ¿Correrá Sant Genís la misma suerte?

"Urbanismo sin ciudad"

Esta desconexión que también sufre la urbanización es precisamente lo que impide la movilidad laboral y, en buena medida, el acceso a formación, sanidad o redes sociales, y condiciona el tipo de residentes que pueden o quieren vivir allí. El resultado es una segmentación social extrema: una “isla” pobre dentro de un municipio con recursos limitados pero funcionales.

Urbanísticamente, Sant Genís representa lo que muchos expertos definen como un “urbanismo sin ciudad”: grandes parcelas, muchas viviendas dispersas, sin núcleo comercial ni centro de servicios. Esto genera enormes costes de mantenimiento para el municipio, que debe prestar servicios básicos en condiciones muy poco eficientes.

Medidas del Ayuntamiento

Además, la fragmentación del suelo, con múltiples propietarios ausentes o desinteresados, hace que sea casi imposible una intervención pública estructural, al estilo de un PERI (Plan Especial de Reforma Interior) o de una operación de reurbanización.

Desde el consistorio de Palafolls se han llevado a cabo actuaciones puntuales: mejoras del alumbrado, intervenciones sociales, programas de mediación con ocupaciones. Pero ninguna estrategia integral ha tenido continuidad ni presupuesto suficiente.

El futuro de Sant Genís

El caso de Sant Genís plantea preguntas urgentes desde el punto de vista económico y territorial. ¿Puede rescatarse una urbanización fallida? ¿Se deben invertir recursos públicos en zonas que nacieron fuera de la lógica urbana? ¿Es viable integrar socialmente un espacio marginado sin alterar su estructura de baja densidad?

Algunos urbanistas proponen convertir zonas como Sant Genís en ámbitos de vivienda pública bien gestionada, con una intervención total del suelo y planes a largo plazo. Otros alertan de que el coste de regenerar estas zonas es superior al de crear vivienda nueva en zonas conectadas. Por ahora, Sant Genís sigue esperando.